sábado 20 de abril de 2024 - Edición Nº2770
Critica Sur » Sociedad » 10 jul 2017

#DONARVIDA

Lucila volvió a Ushuaia tras recibir un trasplante

Desde su mejoría tras el trasplante bipulmonar que recibió en enero, la joven soñaba con volver a Ushuaia para reencontrarse con sus seres queridos, recorrer los lagos, y en particular quiere hacer una caminata hasta Laguna Esmeralda. El fin de semana fue recibida por sus amigas en el Aeropuerto y realizó un especial agradecimiento a los médicos y enfermeros de la Fundación Favaloro.


La recuperación de la joven fueguina Lucila Aguilar de un trasplante bipulmonar que le practicaron en enero pasado, fue seguido tanto por sus familiares y amigos, como por otras tantas personas que se emocionaron con su historia de lucha y ganas de vivir. Y desde su mejoría, Lucila soñaba con volver a Ushuaia, lo que finalmente ocurrió este fin de semana. Sus amigas y familiares la esperaban en el Aeropuerto con pancartas y mensajes de cariño.

Lucila sufre de fibrosis quística del páncreas diagnosticada a los 8 meses de edad, una enfermedad que no tiene cura y que afecta su aparato respiratorio y digestivo.

El año pasado las complicaciones agravaron su estado de salud y quedó en emergencia nacional, a la espera de un trasplante de pulmones como única alternativa de supervivencia.

“Gracias a Dios Lucila tuvo la oportunidad de ser intervenida poco después de ser derivada desde Ushuaia a la Fundación Favaloro. Atravesamos todavía un proceso muy difícil y complicado pero por suerte ella está bien”, le contó a Télam Adriana, la mamá de la adolescente que, junto a su esposo, llevan 30 años viviendo en Tierra del Fuego.

La joven nació en la provincia igual que su hermana que ahora cursa una carrera en Córdoba, y estudia en el Colegio Los Andes de la capital fueguina, donde sus compañeros y sus familias la acompañaron a través de mensajes de aliento por teléfono y por las redes sociales.

Agregó que desde su mejoría tras el trasplante, la joven soñaba con volver a Ushuaia para recorrer los lagos, y en particular quiere hacer una caminata hasta Laguna Esmeralda, un espejo de agua situado al pie de un glaciar en las afueras de la ciudad.

Lucila también tiene otros sueños: retomar los estudios secundarios, poder irse de viaje de egresados con sus compañeros a fines del año próximo, y después estudiar una carrera universitaria, que no estará lejos de medicina o enfermería.

Además conoció a un médico de la Fundación Favaloro que padece su misma enfermedad y que, sin embargo, logró recibirse y ejercer sin problemas, así que “no hay quien pueda frenarla para hacer el intento”, reveló la mamá.

Antes de despedirse de Buenos Aires, Lucila publicó un emotivo mensaje en su cuenta de Facebook para sus médicos y enfermeros “quienes me ayudaron a volver a nacer, a incentivarme después de cada caída, de hacerme sonreír aunque estaba medio deprimida, a las que se quedaron algunas horas más solo para cuidarme, a las que soportaron cada capricho y mal humor, esas personas son las que valen oro. La calidad humana que tienen es impresionante, es especial, el trato con el paciente, quiero que sepan todos que nunca me voy a olvidar los cinco meses que estuve en ese lugar  y valoro muchísimo lo que hicieron por mí”.

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