El aumento en el costo de los alquileres complica sobremanera la situación económica de los inquilinos de todo el país. Según una encuesta realizada por la Federación de Inquilinos Nacional (FIN), quienes alquilan una casa o un departamento destinan, en promedio, el 47 por ciento de sus ingresos al pago de la renta.

Un año antes, en febrero de 2018, la proporción de ingresos familiares que los inquilinos destinaban al pago del alquiler mensual era menor: el 41 por ciento. Si se desagrega la información por grupos etarios, los más afectados por esta situación son los jóvenes y los adultos mayores, quienes destinan el 55 y el 53 por ciento de lo que ganan por mes al pago del alquiler, respectivamente.

“Las condiciones de vida de las familias inquilinas continúan degradándose. No hay más opciones que fijar límites a los aumentos de precios y terminar con esta rueda de alquileres cada vez más caros, e inquilinos cada vez más pobres”, dijo Gervasio Muñoz, presidente de la FIN.

Subas y rescisiones

La encuesta de la FIN también reveló que, en los últimos seis meses, los inquilinos soportaron aumentos del 36,9 por ciento en los valores de los alquileres. Y, como consecuencia de esas subas, un 30,3 por ciento de los inquilinos tuvieron que rescindir sus contratos por dificultades para sostener el pago del alquiler mensual.

“La rescisión anticipada de contratos aparece como la principal respuesta de los inquilinos que ya no pueden afrontar los pagos. Son cada vez más los que se mudan a viviendas más pequeñas o alejadas, los que comparten techo con padres, hijos y hasta con desconocidos, o bien alquilan habitaciones en hoteles familiares”, sumó Muñoz.