sábado 20 de abril de 2024 - Edición Nº2770
Critica Sur » Sociedad » 27 may 2018

ESPECTÁCULOS

Los fueguinos, entre los que más van al cine en el país

El año pasado se vendieron casi dos entradas al cine por habitante en Tierra del Fuego. Así, la provincia se ubicó tercera en el país en tickets vendidos por habitante. Pero los dos últimos años cayó la cantidad de espectadores en las salas.


¿Cuántas veces se ha dictado ya el decreto de muerte sobre las salas de cine? El consumo tradicional de películas se mantiene, en esencia, tal como surgió desde sus inicios en esos antros parisinos de fines de 1895 y principios de 1896: una sala a oscuras, con asientos, a la que se accede mediante el pago de una entrada. Un sistema que las “multisalas” nacidas en los ’90 en los shoppings han potenciado.

Las cifras de los últimos años (difundidas por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) muestran en Tierra del Fuego (y en la país) un incremento en la afluencia del público a las salas de cine, aunque comenzaron a mostrar un descenso el año pasado.

Con una tasa de 1,60 entradas por habitante, Tierra del Fuego se encuentra tercera en el ranking nacional, solo por debajo de grandes centros poblacionales como la Ciudad de Buenos Aires (3,42 entradas por habitante) o Neuquén (1,62 entradas por habitante) pero incluso por encima de la Provincia de Buenos Aires (1,19), Córdoba (1,12) o Santa Fe (1,11).

El año pasado visitaron las salas de cine de Tierra del Fuego unos 256.525 espectadores, mientras que en lo que va de 2018 lo hicieron 78.051.

En líneas generales, si analizamos la afluencia de los fueguinos  a las salas de cine de 2010 a 2017 a partir de la tasa de entradas (recordemos: la cantidad de tickets emitidos dividido por la cantidad de habitantes), el número ha ido por lo general en crecimiento, aunque luego de una mínima fluctuación ya experimentó un leve descenso el año pasado. Si en 2010 la tasa en Tierra del Fuego era de 1,46 entradas por habitante, en 2013 se produjo el mayor pico, con una tasa de 1,86 para; en 2015 fue de 1,75 y en 2016 de 1,78 para descender al año siguiente a 1,60.

Ahora bien, ¿cuáles podrían ser las razones que expliquen tanto el crecimiento como el leve descenso? No es sencillo hacer una criba que nos permita saberlo. Pero sí hay datos nacionales que nos dan pistas de qué pudo suceder. En 2014, por ejemplo, se produjo un fenómeno particular: una película de producción argentina fue la más atractiva para el público de nuestro país. Hablamos de “Relatos salvajes”, de Damián Szifrón, un filme cuyas cifras de entradas vendidas no sólo fue excepcional para una película nacional, sino para una de cualquier latitud (casi 4 millones, el doble que la animada “Frozen”, la segunda más vista ese año en nuestro país pero que a la vez es la película más taquillera de toda la historia en el mundo). En un año en el que también figura entre las 10 más vistas la comedia “Bañeros 4: rompeolas”, no sería descabellado pensar que una buena manera de atraer al público argentino a las salas es, precisamente, con buenas películas nacionales.

Esto no obsta para que, sin embargo, la cinta más vista de la última década (en realidad, entre 2007 y 2017, último año con cifras completas) haya sido “Los Minions”, de 2015, la segunda cinta más taquillera de la historia mundial. En el top 10 de esa década es interesante ver que sólo tres títulos (“Relatos salvajes” y dos entregas de “Rápido y furioso”) no son cintas infantiles. Es que, se sabe, las películas para niños arrastran a las salas no sólo a los pequeños interesados a ver la película, sino también a sus padres, multiplicando así las cifras.

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