miércoles 01 de mayo de 2024 - Edición Nº2781
Critica Sur » Sociedad » 1 jun 2016

Tierra del Fuego: A 25 años de la Provincia soñada

A través de sus testimonios, tres fueguinos reflexionan en Crítica Sur sobre la Provincia que nació aquel 1° de junio de 1991, con la jura de la Constitución. Recuerdos, ilusiones y deseos compartidos sobre un futuro mejor, para superar así un presente atravesado por conflictos.


“Estás presenciando un hecho histórico”

Cada 1° de junio a mí se me viene a la cabeza estar sentada en el comedor de mi casa, con mi mamá diciéndome: Estás presenciando, en vivo, un hecho histórico”.

Fernanda Rossi es fueguina, locutora y periodista de profesión.

Recuerda que la jura de la Constitución se transmitió en vivo, y que en su casa fue un momento cargado de solemnidad, pero también de expectativas. “Mi mamá me decía que a partir de ese momento éramos Provincia y todo iba a ser distinto, y había muchas expectativas y muchas esperanzas”.

Aunque en 1991 era una adolescente, estaba consciente de lo que ocurría y tampoco olvida a Elena Rubio de Mingorance levantando eufórica la Constitución.

“Es la imagen más icónica, la de Doña Elena haciendo que el pueblo jure la Constitución, y mientras tanto mi mamá me decía que a partir de ese momento éramos Provincia y todo iba a ser distinto. Me quería hacer notar que nosotros también éramos protagonistas de alguna manera de todo eso que ocurría”, recuerda.

“Había muchas expectativas y muchas esperanzas”, recuerda Fernanda volviendo a su historia familiar: “Mis viejos vinieron a Tierra del Fuego en los años 70, donde era todo distinto, y yo creí en esas palabras. Creí en que todo iba a ser distinto, aunque lamentablemente no se cumplieron las expectativas que teníamos todos; los que eran niños, los que eran jóvenes y los adultos que apoyaban e impulsaron la Provincialización”.

Para Fernanda “muchas cosas se hicieron mal”, pero reconoce errores propios y ajenos. Los errores propios los asume como parte de la comunidad, y los errores ajenos apuntan a la dirigencia política.

“De todos modos, los fueguinos siempre tenemos alguien a quien echarle la culpa. Si no es a la dirigencia política son los recién llegados; y si no son ellos son los antiguos pobladores; o a los nuevos pobladores que ‘vienen a llenarse los bolsillos de plata que les mandan a sus familias’; es decir, siempre tenemos alguien a quien echarle la culpa”, opina.

“Nos corresponde hacer un mea culpa y empezar a responsabilizarnos por lo que está pasando”, asegura.

Si le preguntan qué espera en el futuro para Mateo y Matilda, sus hijos, ella no duda: “Quiero que la Provincia siga siendo un lugar digno en el mejor de los sentidos, que se pueda vivir y trabajar con tranquilidad, y que siga siendo un lugar en el que se puede seguir apostando”.

“Lo que más me gustaba de Río Grande cuando crecí, y de alguna manera se mantiene, es esa sensación de pueblo; de cruzarte a la gente en la calle y aunque no los hayas visto nunca, de que en realidad los conoces y que si vas al Banco al día siguiente seguro te los volves a cruzar. Hay como cierta confianza con el otro y sabes que, si te pasa algo, le podés golpear la puerta a tu vecino. Deseo que eso siga existiendo. En Tierra del Fuego todavía hay mucho por hacer, se reinventa permanentemente y de alguna manera subsiste”, confiesa.

“Tierra de enormes oportunidades”

Víctor Canalis, ingeniero Agrónomo, nació en Río Grande hace 46 años. “Tierra del Fuego es mi tierra. Mis manos, mi mente y mi corazón, viven y sienten acá”, asegura cuando se le pregunta por la provincia que hoy cumple 25 años.

Poco recuerdo tiene de lo que se vivía en la isla en 1991, ya que ese año se encontraba en Bahía Blanca, iniciando sus estudios universitarios. “No tengo un recuerdo vivo de la situación previa ni del momento mismo”, cuenta, aunque junto con sus compañeros de estudio de Tierra del Fuego seguían las noticias por la televisión y a través de las pocas comunicaciones telefónicas con sus padres.

Sin embargo, al hacer un análisis honesto de cómo ve la realidad actual provincia, no duda: “La veo en profunda crisis”, sostiene. Algunas de ellas son comunes al resto del país: “La falta de armonía social, de ética y de sentido del bien común, más allá del momento difícil por el necesario período de ordenamiento económico e institucional”. Y otras –dice- son propias de nuestra provincia como “la crisis de identidad y arraigo social que padecemos”.

Víctor, amante del rally y padre de un pequeño fueguino de diez años, ve a la provincia como una “tierra de enormes oportunidades” en las que el crecimiento ha sido descontrolado, caótico y sin desarrollo genuino. “Veo una tremenda disociación entre el proceso histórico de la región y los objetivos y demandas básicas de la sociedad actual”, asegura.

La mirada pesimista vuelve cuando explica que –a su entender- bajo el “actual esquema de matriz socio económica con la que contamos, y el deterioro ético, moral y educacional que vivimos, es difícil avizorar un punto de inflexión a este panorama”.

Aun así, ve un horizonte esperanzador: “Creo de todas formas que como sociedad se producirá una maduración tal, que por fin comenzaremos un camino de desarrollo a tono que las inmensas bondades que nos ofrece este paraíso”.

¿Cuál debería ser la actualidad de Tierra del Fuego? Para él, teniendo en cuenta que se trata de una provincia joven que arrancó sin deudas “debería estar saneada, equilibrada, con un crecimiento planificado, con obras de infraestructura en armonía con el medio ambiente, tratando de equilibrarse socialmente con la permanente inmigración descontrolada”.

Sobre las responsabilidades, tampoco duda: “Los responsables somos todos como sociedad”, dice y afirma que los emergentes dirigentes políticos “son fruto y parte de nuestra sociedad”.

Para él, algunas condiciones particulares de la Provincia posibilitaron la “creación y mantenimiento de espacios de poder (en la justicia, económicos), que generaron tremendos procesos de corrupción e ineficiencia en el uso de los recursos públicos; ciclo tras ciclo económico desde la provincialización”. El resultado para Víctor es “la triste y preocupante situación actual. En la que la realidad económica es el menor problema que tenemos teniendo en cuenta la enorme potencialidad de nuestros recursos naturales, ambientales y turísticos”.

“No imagino mi vida en otra parte”

En 1991, cuando se juró la Constitución de Tierra del Fuego, Gisela Castro tenía 11 años y no recuerda que en su casa ese 1° de junio se viviera de modo particular. “En mi familia no se hablaba de política, así que todo ese proceso que fue tan importante para la mayoría de los fueguinos, en realidad no tuvo ninguna repercusión para nosotros”, asegura.

Aunque nació en Capital Federal se considera fueguina, y sobre todo riograndense desde hace 35 años.

Madre de tres hijas, también fueguinas, para Gisela “la Provincia sigue creciendo cada año, pero eso no significa que haya mejorado como podría haberlo hecho”.

En ese sentido, sobre el estado actual de Tierra del Fuego, reparte las responsabilidades: “A los políticos que tuvimos en estos 25 años los elegimos nosotros, con nuestros votos en cada elección, así que somos todos responsables de lo que elegimos”, sostiene.

Para esta ama de casa, actualmente desempleada, uno de los grandes problemas fue y es la corrupción.

“En esta Provincia, como sucede en todas, hay muchos arreglos y negocios que no están a la vista, y eso obviamente también se ve plasmado en la situación general”.

Por eso considera que hoy “no estamos ni bien ni mal. ‘Estamos’ solamente. Es verdad que todavía es posible encontrar trabajo, aunque también es verdad que todos los días se hace un poco más difícil conseguirlo, sobre todo para los que tenemos más de 30 años y no tuvimos la posibilidad de ser profesionales”.

Gisela no espera que Tierra del Fuego sea “como antes porque nunca nada vuelve a ser como antes”, aunque tiene esperanzas de que “siga siendo una Provincia segura para mi familia”.

Sin dramatismo alguno, pero reconociendo que los hechos delictivos son más habituales que hace 25 años, para Gisela “hoy todavía podés salir a la calle y caminar tranquilo; y eso es algo que todos valoramos”.

“Seguimos siendo una Provincia joven que tiene muchas cosas por desarrollar y que está en crecimiento constante”, afirma.

“No nací en Tierra del Fuego, pero Río Grande es mi lugar en el mundo y no imagino mi vida en otra parte”.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias

VIDEOS