domingo 28 de abril de 2024 - Edición Nº2778
Critica Sur » Sociedad » 2 nov 2016

Un bosque en la Escuela de Chacra XIII: Aprender entre lengas y guindos

El primer proyecto experimental de plantación de bosque en la ciudad, ya es una realidad y está a cargo del Colegio “Padre Zink” en Chacra XIII. La comunidad educativa, gracias a la capacitación del proyecto “Soy parte del bosque fueguino”, se comprometió al cuidado de 300 árboles.


“La idea es poner bosque nativo en todo Tierra del Fuego y este es el puntapié inicial”

A la Escuela “Padre Zink”, en el barrio Chacra XIII, hoy por la mañana llegaron 300 árboles nativos de la provincia. Ayer, el proyecto “Soy parte del bosque fueguino” comenzó a capacitar a los alumnos del secundario y docentes en una ambiciosa propuesta: hacer de la escuela un pulmón dentro del barrio y de la ciudad, que luego pueda ir contagiando a otros colegios y a los mismos vecinos para lograr hacer de Río Grande una “ciudad verde”.

La propuesta no fue casual. El colegio, desde que comenzó a tomar forma hace pocos años, lo hizo bajo la modalidad de las ciencias naturales y ha experimentado en las técnicas de siembra y repique: el año pasado sembraron el pasto y adornaron su colegio con plantas.

Muchos de sus estudiantes visitaron Bahía Torito y en sus ojos todavía las maestras encuentran un brillo especial cuando recuerdan esa experiencia.

Todo estaba dado: los docentes y los alumnos de la escuela estaban preparados para ser parte de la primera iniciativa experimental que lleva un bosque de lengas y guindos al centro de Chacra XIII.

Loreto Fernández es coordinadora del Proyecto “Soy parte del bosque fueguino”, la organización que trabaja junto a voluntarios para la reforestación de la zona de Bahía Torito, donde un incendio devastador arrasó con miles de árboles hace tres años.

“A partir de hoy queremos que el bosque vuelva a toda la provincia, y vamos a hacer un centro experimental junto con el Colegio Padre Zink, trayendo alrededor de 300 árboles y vamos a darles ciertos cuidados durante al menos tres años”, señala Loreto.

Son lengas y guindos, aunque también pretenden conseguir ñires. “La idea es poner bosque nativo en todo Tierra del Fuego y este es el puntapié inicial”, asegura.

En dos jornadas intensas de capacitación, estudiantes y docentes aprendieron cómo trabajar, cuidar y plantar los árboles.

Los arboles llegaron esta mañana, los propios estudiantes los llevaron al laboratorio, donde los clasificaron, los marcaron para comenzar después del mediodía con la plantación.

La coordinadora asegura que la idea de comenzar con el colegio “Padre Zink” no es casualidad. “Ellos llevan adelante otro proyecto muy lindo que se llama `Vamos plantando´ y nos demostraron su compromiso con el correr de los años y que podíamos delegar en ellos el cuidado de los árboles en Río Grande”.

Es que la comunidad educativa estará a cargo desde hoy, del cuidado de los 300 ejemplares, y eso implica un compromiso que va más allá de los horarios escolares y de los días de clase.

Se trata –además- de una iniciativa experimental, ya que se busca también ver qué ocurre con las plantas nativas cuando se las introduce a la ciudad. “Si es que prosperan van a empezar a brotar el verde desde Chacra XIII para el resto de la ciudad”, dice Loreto.

Alejandra Frank, directora de la Escuela Secundaria, recuerda que “comenzamos desde lo básico y lo sencillo que era sembrar, repicar y el año pasado pudimos plantar en el exterior de la escuela flores y algunas otras plantas”.

Sistema de riego propio

Preparados para crear su propio bosque en la escuela, este año docentes y alumnos experimentaron también en un sistema de riego, teniendo en cuenta que habrá días en los que no estarán en la institución, pero no quieren perder un solo momento de cuidado sobre los árboles, el césped y las plantas.

“La gran ambición es poder hacer nuestro bosque de Bahía Torito en la Escuela”, resume Alejandra.

El sistema de riego se pudo concretar gracias a un grupo de docentes y alumnos que voluntariamente se abocaron a los aspectos técnicos del sistema. “Ya se implementó una bomba en el sector exterior del frente de la Escuela y con los panes de césped empezó a trabajar el sistema de riego”, cuenta.

Durante el martes y miércoles de esta semana no solo recibieron los árboles, también fueron capacitados para la gran responsabilidad que tienen por delante.

“Realmente se ven muy entusiasmados en aprender, porque se trata de una propuesta de conocimiento también y de poder ver a su Escuela como centro experimental y salir a la comunidad a brindar este servicio; poder ver árboles en Chacra XIII es nuestra primera ambición desde que iniciamos este proyecto”, dice la directora.

La herramienta de riego por goteo los ayudará a sortear algunas dificultades. “Los alumnos están durante la semana, pero también tenemos que pensar qué hacemos en las vacaciones, y cómo nos turnamos para dar continuidad a la propuesta, docentes y alumnos”.

Los 300 árboles van a quedar en la Escuela, algunos de ellos en el patio interno, otros en el exterior. “La idea es que quede ese pulmón verde en el mismo colegio”, dice Loreto.

Pero el objetivo es que la experiencia no solo subsista en la Escuela de Chacra XIII. “Nuestra idea como institución en esto de brindarle un servicio a la comunidad y poder compartirlo con otras instituciones educativas”.

Hoy es un día clave para quienes forman parte del proyecto, porque llegarán desde la Unidad de Detención los 300 árboles que permanecían allí -a su cuidado- desde hace tres años. “La gente de la Penitenciaria de Río Grande vino a trabajar en Bahía Torito y ellos ofrecieron un espacio, porque tienen un vivero también y los cuidan desde ese momento”, recuerda Loreto.

“Afuera hemos dispuesto las parcelas de experimentación, donde vamos a ver cuánto riego necesitan las plantas para que puedan prosperar. Si bien van a estar en un lugar controlado que va a ser dentro del cerco de la escuela, la idea es probar qué pasa si están totalmente rústicas, vamos y las plantamos en un espacio verde, si necesitan cuidado o no, y para eso vamos a tener que poner una parcela de experimentación en un espacio frente a la escuela”, detalla Loreto.

Alejandra suma: “Invitamos a la comunidad a participar de esta experimentación, porque van a haber plantas afuera de la Escuela y va a ser muy importante que el barrio se comprometa en aprovechar este servicio que brinda la Fundación y el Colegio, cuidarlos y poder contagiarse y tener árboles en la comunidad que es tan lindo”.

Por último, Loreto dice que “tenemos que ponernos en la cabeza que Río Grande puede ser verde, la experiencia nos ha dado como consigna involucrar a todas las edades, grandes y chicos, e ir donde te llaman. Vamos a sembrar donde hay un real interés, y con los chicos es impresionante la llegada que tiene, y queremos un cambio, un Río Grande verde de verdad”.

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