En Río Grande falleció este martes el antiguo poblador Esteban Martínez, conocido por todos por su apodo “Chiquito”. Tenía 85 años y en el último tiempo se había agravado su delicado estado de salud.

Fue gerente de la Cooperativa Eléctrica, entidad que dio sus primeros pasos gracias al trabajo de su padre. Y con el retorno de la democracia en 1983 fue elegido Intendente riograndense por el voto popular. Tuvo el honor de ocupar ese cargo en cuatro oportunidades, cuando las gestiones eran de dos años.

Una persona muy querida y reconocida por los vecinos, no solo por la labor desarrollada en el Municipio, sino además por esa sensibilidad social que casi no se observa en la clase política. “Chiquito” estuvo casado durante seis décadas con el amor de su vida, Rosario.

Primer intendente riograndense

Esteban “Chiquito” Martínez fue un vecino riograndense quien, además, era hijo y nieto de riograndense. Fue intendente en cuatro periodos consecutivos de dos años cada uno. Además, fue el primer intendente que tuvo Río Grande elegido en gobierno democrático.

En su primer mandato, Martínez sucedió en el cargo a Lucio Marcolini. Sus mandatos fueron, desde el 1983 al 1985 luego 1985/1987 después 1987/1989 y por último 1989 al 1991. Su mandato último como intendente, le dejó el cargo al radical Jorge Colazo.

En 2015, “Chiquito” Martínez fue declarado ciudadano ilustre, por el actual intendente Gustavo Melella en una ceremonia que se realizó en la Misión Salesiana.

En esa oportunidad, “Chiquito” recordó que él fue alumno de la Escuela Agrotécnica Salesiana, cuando la modalidad era la de permanecer internado, época en la que solamente había dos días en el año que podían salir de la escuela: En Navidad y Año Nuevo. El resto de los nueve meses del ciclo lectivo, permanecían “encerrados”.

Valoró la tarea que realizaron los salesianos para el desarrollo de la ciudad y del sector ganadero, lo que generó que se instalara el Frigorífico CAP, la primera industria genuina de Tierra del Fuego. Luego, vendrían dos puntales esenciales para el despegue de Río Grande, el servicio eléctrico (la usina estaba a cargo de su padre) y el muelle para la exportación de lana y maderas.

Expresó que “uno hace un análisis retrospectivo de la situación, de la infancia y de la juventud nuestra a los que es hoy, y realmente uno se acuerda de sus seres queridos, de aquellos que ya no están, y que fueron en alguna medida pioneros acá, entonces un reconoce y reafirma el esfuerzo y sacrificio que hicieron cuando en la ciudad no había nada, y fue en base a ese sacrificio que Río Grande fuera creciendo”.