domingo 23 de junio de 2024 - Edición Nº2834
Critica Sur » Policiales » 15 jun 2017

JUICIO POR EL CRIMEN DE NILDA

Ariznabarreta sobre su alegato: “Ante todo me conduje con honestidad”

El Defensor Público, Gustavo Ariznabarrera, está a cargo de la defensa de Aldo Javier Núñez en el juicio oral que se lleva en su contra. Hoy, en Fm del Pueblo, explicó la base de su alegato, en el que dijo no tener sustento técnico para contrarrestar las pruebas que ubicaron a su defendido como único autor del crimen de Nilda Núñez. “Decir cualquier barbaridad ante un tribunal sin sustento no es defender, ni es el rol de un abogado, y yo no soy un necio”, afirmó.


La defensa penal técnica de cualquier persona, comienza desde el primer momento en que es notificada por el Estado de que está siendo investigada penalmente. En el caso de Aldo Javier Núñez, imputado por el crimen de su ex pareja, Nilda Núñez, comenzó en el mismo momento de su detención en Tolhuin. A casi un año de la muerte de Nilda, esta semana, y en pleno juicio oral, sorprendieron los alegatos de su abogado, el Defensor Público Gustavo Ariznabarrera, quien reconoció no tener argumentos para refutar la contundente prueba de la querella en contra de su defendido.

 

En Fm del Pueblo, el Defensor Público brindó detalles de su alegato y de lo que a su criterio es el rol que tiene que cumplir un abogado defensor. “Decir cualquier barbaridad ante un tribunal sin sustento no es defender y yo no soy un necio”, afirmó y aseguró que “ante todo me conduje con honestidad”.

 

“Ese momento de hablar o no hablar que se llama declaración indagatoria comúnmente para mucha gente, y mal se cree que es el momento en el que el abogado se apropia de la palabra del imputado y le dice lo que tiene que decir. No digo que esto no ocurra, porque pasa, pero más frecuentemente pasa lo contrario, que el abogado se limita a decir `esto te sirve´ o `ésto no te sirve´ pero el dueño de la palabra es quien se defiende, porque el pellejo que está en juego es el del imputado”, indicó.

 

Ariznabarreta tomó la defensa de Núñez prácticamente cuando llega a juicio oral. “Tuve una incidencia previa el año pasado cuando a través del Defensor Público Mariano Sardi, Núñez decide hacer una conferencia de prensa sin haber declarado previamente, diciendo que él no era responsable de ningún crimen y que el feto hallado en el vientre de Nilda Núñez no era de su paternidad”.

 

Y continuó: “Cuando llega el momento de esta famosa conferencia, yo le indiqué al doctor Sardi que le hiciera saber que no estábamos de acuerdo de esa decisión, y así se hizo constar en el acta cuando se pide la autorización de contacto entre el periodismo y Núñez en ese momento. Dejamos a salvo nuestra posición, que es un derecho que tenemos todos los defensores públicos o privados, de que cuando una persona va a declarar en contra de lo que nosotros pensamos, le decimos al juez, haga constar en actas que esto lo hace bajo expresa disconformidad mía, y así se hizo”.

 

Una vez cerrada la etapa de instrucción se abre el debate, se ofrecen las pruebas y comienza la otra etapa que es el ofrecimiento de las pruebas de la defensa. “En ese marco, escuchándolo a él, pedimos determinados testimonios, era el caso de un testigo que iba a sostener la hipótesis que él había brindado de un hostigamiento y organicidad policial en su contra, pero que nunca lo dijo judicialmente, y lo que se discute en un juicio es lo que se dice en el juicio no lo que está dicho afuera. No obstante, lo seguí y fuimos adelante con eso, llegamos al momento de debate, y el testigo no dijo lo que Núñez suponía iba a decir, dijo todo lo contrario, por eso esa hipotesis que yo tomé de afuera y no del proceso, también se desvaneció”.

 

Los alegatos

 

Ariznabarreta sostuvo que se suele pensar, y mal, que el alegato es el único momento donde un abogado defiende a una persona. “Esta es una rémora de tomar las películas de Holiwood donde se visualizan sólo los juicios orales, en un proceso penal se defiende a la persona desde que se arrancó con todo”, afirmó.

 

En un repaso de su alegato, el defensor mencionó: “No tengo la palabra de él, no tengo ninguna declaración de él que me permita brindar otro sustento fáctico, otra hipótesis de qué habría ocurrido con la muerte de Nilda Núñez. Y lo único que tengo es la prueba de cargo, que dice que hay una pierna de Nilda Núñez encontrada debajo de la cama de este hombre, que hay un cuter y un cuchillo con sangre de Nilda Núñez en la casa donde él estaba y que uno el lo reconoce como propio, y que hay un par de guantes de tela totalmente impregnados en sangre de Nilda y uno de esos guantes del lado de adentro tiene restos de descamación de piel de ADN atribuidos a Aldo Javier Núñez, y para cerrar eso tengo el testimonio en cámara gesell de un chiquito de cinco años, hijo de ella, que dice que vio como ocurrió todo”.

 

Frente de todo, el abogado reconoció que le dijp al Tribunal: “No puedo ser un necio, no puedo decir cualquier pavada, no puedo mirar a la sociedad de Río Grande, al público en la sala y decir, todo lo que se dijo acá esta mal, porque no tengo pruebas ni sustento científico para decirlo”. “Cómo digo que la pierna la puso otra persona, que la sangre en el cuchillo o se la plantaron o el colegio de farmacéuticos que hizo el ADN mintió exprofeso, cómo digo que la sangre en los guantes no es de ella y el ADN no es de él, como pruebo que el nene cuando dice lo que dice está influenciado en mentir, un chico de cinco años”, preguntó.

 

Ariznabarreta sostiene que “ojalá nunca profesionalmente tenga que volver a vivir esta experiencia” pero ante el Tribunal -en este caso- dijo que “en el marco de la defensa que me han garantizado no puedo confrontar ni contrarrestar la prueba de cargo de la acusación”, lo cual asegura “es muy distinto a decir que yo no lo puedo defender”.

 

“En el marco de la causa la prueba que el medio no alcanzó para contrarrestar toda la prueba que tengo en contra, es simple como eso”, añadió.

 

La pulsión de cualquier abogado es pelear la prueba, asegura y afirma que “a cualquier abogado le encantaría, y a ningún abogado le encantaría estar donde yo estuve parado, lo que no puedo ser es necio y frente a eso decir la pavada que sea porque algo tengo que decir, no es serio”.

 

“Muchos colegas particulares que pueden estar poniendo en tela de juicio esto, desde el lugar donde ellos eligen un cliente, no hubieran elegido a Aldo Núñez para defender. Yo no puedo elegir, lo tengo que hacer”, explica y dice que “no puedo pararme como un necio a decir todo esto es mentira, porque si hubiese dicho esa barbaridad, hoy no se está hablando de eso que dije, se hubiera dicho mirá este idiota las cosas que dice con tal de defender, porque se piensa que eso es defender, y eso no es defender”.

 

Incluso indicó que entre las cosas que procuró para la defensa también analizó si había causal de inimputabilidad para Aldo Javier Núñez. “Es lo que cualquier abogado haría, pero acá no la hay objetivamente, todos los informes dan referencia de que es una persona normal psicojuírdicamente hablando. En tercer lugar quedaba buscar el mínimo de la pena, pero tampoco porque la pena en este tipo de delitos por el cual es acusado es una pena no divisible, no puedo jugar un mínimo o un máximo”.

 

En tanto también afirma que el derecho de defensa de Núñez “no entró en crisis porque lo garantizó el Tribunal en todo momento, incluso me permitió hacer preguntas referidas a esta hipótesis que trascendió en los medios pero no en el expediente, cuando perfectamente me podrían haber dicho usted no puede preguntar por algo que no está acá, y me dejaron preguntar, hasta ese punto se abrió el juego para que se puedan hablar de cosas que no formaban parte del objeto procesal”.

 

“Si en el debate hablaba de esta conspiración de la que habló en los medios, yo hubiera tenido una linea exploratoria para al menos salvar las pilchas”, dice el abogado, quien sin embargo sostiene que “lo hubiera pensado porque salir a difamar a una institución policial y su gente sin ningún argumento, también es una irresponsabilidad mía”.

 

En este sentido Ariznabarreta plantea que “los abogados defensores públicos o privados no somos corsarios para decir lo que queremos, no podemos hacer lo que queremos, tenemos una responsabilidad en el proceso. Al abogado no le está permitido decir cualquier estupidez, puede decirla siempre y cuando la fundamente”. “Yo no me hubiera animado a sostener una hipótesis sin ningún tipo de prueba, menos con todas las pruebas que dicen lo contrario”, suma.

 

Expresa que “se defendió a este hombre con lo que se tuvo, con lo que él aportó, con lo que había, soy apenas abogado, no soy un mago, no puedo transformar lo intransformable, y a veces en el ideario común se piensa que los abogados podemos hacer tejes y manejes. Habrá quienes los hacen, estamos quienes no los hacemos y trabajamos con la verdad, con lo que se puede y con lo que hay. A veces forzamos la prueba, a veces la formateamos, llevamos agua para nuestro molino con alguna trampita, pero ni eso pude, me sincero absolutamente, ni eso”.

 

“Mi defendido tampoco colaboró y no lo culpo porque creo que en su parte íntima sabe o me lo ha hecho pensar, que tampoco había ningún margen de confrontación de la prueba que la querella estaba exponiendo”, dice.

 

Revelando un poco del mundo de los abogados, el Defensor anticipa que “es muy probable que este fallo si llega a ser condenatorio lo tenga que apelar yo, y seguramente buscaré la ingeniería procesal que esté a mi alcance para hacerlo; y otro puede decir, este tipo es un esquizofrénico porque dice una cosa antes, pero uno tiene que trabajar con lo que tiene. Si yo visualizo alguna fisura en la sentencia que me permita trabajar con un piso de marcha de seriedad jurídica lo voy a hacer, lo hago siempre. Pero la verdad que me encontré en una encrucijada donde no tuve alternativa y ante todo me conduje con honestidad, el que lo quiera ver bien y el que no allá ellos”.

 

“Todos los abogados estamos expuestos a que nuestro trabajo sea revisable y criticable permanentemente, todos somos ingenieros en derecho, pero a medida que me voy poniendo más viejo me doy cuenta que cada vez estoy en menos condiciones de criticar a nadie en nada. Cuanto mas seguro estoy de mi trabajo y me capacito, trato de entender y tengo más experiencia, también me doy cuenta que soy más ignorante que antes, yo lo veo así”, cierra.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias

VIDEOS