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Critica Sur » Sociedad » 23 abr 2017

Galería de terratenientes de Tierra del Fuego

Recorrer hoy Tierra del Fuego de sur a norte, desde Ushuaia a Río Grande a través de la Ruta 3, es viajar al lado de un permanente alambrado, que todavía señala la propiedad privada de los descendientes de cuatro familias de terratenientes que un día, hace ahora más de cien años, se apropiaron en exclusiva de una tierra que no les pertenecía. Un texto del escritor Español José Luis Antonio Marchante.


Recorrer hoy Tierra del Fuego de sur a norte, desde Ushuaia a Río Grande a través de la Ruta 3, es viajar al lado de un permanente alambrado, que todavía señala la propiedad privada de los descendientes de cuatro familias de terratenientes que un día, hace ahora más de cien años, se apropiaron en exclusiva de una tierra que no les pertenecía. El viajero atento puede adivinar las huellas de un drama que ni el paso del tiempo ni la interesada escritura de la historia han podido borrar. Compartimos un texto del escritor Español José Luis Antonio Marchante compartido en su página: Menéndez, Rey de la Patagonia.

"La codicia de los terratenientes de Tierra del Fuego fue la principal causa del genocidio del Pueblo Selk'nam", afirma Marchante. Desde finales del siglo XIX, miles de personas que vivían en paz entre sí y con la naturaleza, alimentándose del guanaco, celebrando sus complejas ceremonias espirituales, fueron aniquiladas por la ambición de un puñado de avariciosos latifundistas. Unos pocos Selk'nam sobrevivieron y hoy sus descendientes se organizan para visibilizar su cultura y tradiciones. Pero las tierras siguen siendo de los latifundistas. A través de sus letras, los invitamos a visitar la galería de terratenientes de la Tierra del Fuego argentina:

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La isla grande de Tierra del Fuego está situada en el extremo más austral de América, entre los 65 y los 72 grados de longitud oeste del meridiano de Greenwich y entre los 52 y 56 grados de latitud sur del paralelo del Ecuador, separada del continente por el estrecho de Magallanes. Con 47.992 kilómetros cuadrados de extensión, la mayor parte de la isla está formada por mesetas y llanuras suavemente onduladas, mientras que al suroeste se localiza un terrero muy montañoso, siendo el canal Beagle su límite sur.

Surcada por numerosos ríos, siendo el mayor de ellos el río Grande que desemboca en el océano Atlántico, cuenta también con varios lagos, destacando el lago Kami en el centro sur de la isla, con 645 kilómetros cuadrados de superficie. Desde la firma en 1881 del Tratado de Límites entre Argentina y Chile, la isla está dividida entre estos dos países mediante una línea recta que parte del Cabo Espíritu Santo, en el norte, hasta tocar el canal Beagle, en el sur, de tal modo que la parte oeste corresponde a los chilenos y la parte este a los argentinos.

Este escenario de una enorme belleza era el territorio ancestral del pueblo selk'nam, una comunidad de cazadores-recolectores que comenzaron a habitar la isla hace al menos nueve mil años. Toda la cultura selk'nam giraba alrededor del guanaco, un animal perteneciente a la familia de los camélidos, ágil, esbelto, de patas delgadas y cuello enhiesto, cuya caza les proporcionaba el alimento para su supervivencia, además del vestido, el techo para sus tiendas o el material para confeccionar muchos utensilios de su vida diaria.

Sin embargo, a finales del siglo XIX, con la invasión de sus tierras por los terratenientes y ganaderos, los selk'nam van a sufrir una despiadada persecución, que acabará con muchos de ellos muertos a tiros mientras los supervivientes, después de ser cazados como animales salvajes, serán confinados en las misiones salesianas donde morirán a consecuencia de la tuberculosis y el sarampión.

Pero estas tierras arrebatadas a sus habitantes originarios no fueron repartidas entre la multitud de colonos que en aquella época ansiaban trabajar la tierra. En cambio, toda la parte argentina de la Tierra del Fuego, un inmenso territorio que reúne unas condiciones ideales para la cría del ganado ovino, será monopolizado por cuatro poderosos terratenientes, unidos entre sí por vínculos familiares y empresariales. Estos son sus nombres:

JOSÉ MENÉNDEZ (1846-1918)

De origen español, José Menéndez fue probablemente el más grande terrateniente de la Patagonia, de tal modo que fue capaz de reunir en sus manos millones de hectáreas de tierras en Magallanes, Santa Cruz, Tierra del Fuego y Chubut, que dedicó a la ganadería ovina. Además, poseyó una red de almacenes y tiendas que todavía existe con el nombre de "La Anónima" y puso en pie una flota de navegación cuyos barcos empezaban siempre por la letra "A" en recuerdo de su tierra asturiana.

El asalto de Menéndez a la Tierra del Fuego se produjo en 1894 cuando el asturiano se hizo con las 80.000 hectáreas que el gobierno argentino había concedido al explorador rumano Julius Popper solamente unos años antes. Popper falleció en Buenos Aires repentinamente, en condiciones muy extrañas dada su juventud, y la concesión fue a parar a manos de José Menéndez.

Estas tierras fueron el embrión de las estancias "Primera" y "Segunda Argentina", que ocupaban 300.000 hectáreas de las mejores tierras a ambos márgenes del río Grande, casi quince veces más de lo permitido por las leyes de la época. Dos de los administradores de sus estancias, el escocés Alexander Mac Lennan y el italiano Giuseppe Pezzoli, se hicieron tristemente famosos por sus récords como "cazadores de indios". No hay que olvidar que Menéndez tenía fama de estar siempre al tanto de hasta el más pequeño de los detalles de sus negocios, por lo que ambos hombres actuaron cumpliendo escrupulosamente sus instrucciones.

MAURICIO BRAUN (1865-1953)

Mauricio Braun fue casi con toda seguridad el más inteligente de los hacendados de América del sur. Hijo de un modesto hojalatero letón llegado a Punta Arenas en 1874, Mauricio Braun comenzó muy joven a trabajar como dependiente del almacén del portugués José Nogueira, que había hecho una gran fortuna con la caza de lobos y el raque.

Además de aprender sobre el comercio y los negocios, un golpe de fortuna hizo que su hermana, Sara Braun, se casará con su patrón que, aquejado por una grave enfermedad, murió al poco tiempo quedándose los Braun con toda su fortuna. En enero de 1895, tras convertirse al catolicismo, Mauricio Braun dará su paso más sonado al casarse con la hija mayor de José Menéndez, ligando indisolublemente las dos familias más ricas de la Patagonia.

En Tierra del Fuego argentina, los Braun eran dueños de la estancia "Sara", que ocupaba 95.000 hectáreas en el norte de la isla, frente a la Bahía San Sebastián. En 1912 Mauricio Braun trató de engrandecer su estancia comprando los terrenos de la misión salesiana de Nuestra Señora de la Candelaria pero en el último instante, Giuseppe Fagnano, se los vendió a su suegro, José Menéndez, que les pagaba 20.000 libras más. Aún así, Mauricio Braun llegó a poseer más de medio centenar de estancias a su nombre o el de sus sociedades, repartidas por toda la Patagonia ocupando millones de hectáreas. Falleció en Buenos Aires, inmensamente rico, siendo enterrado en el exclusivo cementerio porteño de Recoleta.

JOSÉ MONTES (1855-1947)

De orígenes asturianos como Menéndez, José Montes llegó a Magallanes más o menos en las mismas fechas, en el último cuarto del siglo XIX. Dedicado al trueque y el comercio con los tehuelches, Montes pronto hizo una gran fortuna que invirtió en la ganadería ovina.

En Tierra del Fuego, José Montes obtuvo en 1911 del gobierno argentino 115.000 hectáreas donde fundó dos estancias “San Pablo” y “Santa Ana”. Para burlar las leyes argentinas, que limitaban a 20.000 hectáreas el máximo de propiedad por persona, obtuvo seis lotes a nombre de distintos prestanombres, triquiñuela legal habitual entre los terratenientes.

Menéndez y Montes tuvieron siempre una gran amistad e incluso realizaron algunos viajes juntos a Asturias. Como era costumbre, terminaron emparentados al casarse una de sus hijas, Teresa Montes Thurler, con el tercer hijo de Menéndez, José Menéndez Behety.

Empresario menor a pesar de su gran riqueza, el historiador regional Mateo Martinic nos ha dejado la mejor descripción suya: “Aunque rústico y al parecer huraño, era un trabajador incansable. Como otros en aquella época, se dedicó a variados trabajos lucrativos que, ahorrativo como era, le permitieron hacerse de un pequeño capital que a su tiempo le posibilitaron incursionar con éxito en la crianza ovina tanto en suelo magallánico como en el argentino de Santa Cruz. Con los años llegó a ser un importante empresario con negocios ganaderos y mercantiles. Dejó una abundante descendencia magallánica. Reservado, siempre trabajó por cuenta propia, ganando fama por su sentido de la economía lindante con la cicatería”.

LUCAS BRIDGES (1874-1949)

Los ingleses Bridges tienen el triste privilegio de ser los primeros terratenientes de la Tierra del Fuego argentina. Procedentes de las Islas Malvinas, la primera hacienda, la estancia "Harberton", fue fundada por Thomas Bridges a orillas del canal Beagle en 1886. Thomas había sido misionero de la Patagonian Missionary Society pero el fallecimiento de la mayor parte de los indígenas yámanas, precisamente a causa de las enfermedades que les transmitían los propios religiosos, le convenció de dejar los hábitos y convertirse en ganadero. A su muerte, serán sus hijos Despard, Lucas y Will quienes heredarán las tierras.

De entre ellos, el más conocido fue Lucas Bridges, que escribió su propia autobiografía, "El último confín de la Tierra", donde relata una infancia y juventud entre los indígenas selk'nam. Sin embargo, de "amigo de los indios" se convirtió simplemente en un rico estanciero más. En 1900 Lucas se hizo con más de 100.000 hectáreas de las mejores tierras de los indígenas, donde fundó la estancia "Viamonte" en la que empleaba a los indígenas como peones sin sueldo. Ya en la época, destacadas personalidades como el gobernador Pedro Godoy acusaban a estos hacendados británicos de “amansadores de indios, que vienen a pedirle al gobierno grandes concesiones de tierras con el objeto de atraerlos a la vida civilizada y que lo que hacen es explotarlos en provecho propio”.

Los Bridges mantuvieron excelentes relaciones comerciales con el resto de los ganaderos de Tierra del Fuego, de tal modo que el Frigorífico de Río Grande, fundado en abril de 1917, fue compuesto por cuatro socios: Menéndez, Braun, Montes y Bridges. Más aún, Esteban Lucas Bridges constituyó hacia 1920 junto a Mauricio Braun y Francisco Campos Torreblanca, yernos ambos de José Menéndez, la sociedad Estancia Posadas, Hobbs & Cía para explotar medio millón de hectáreas en la región de Aysén.

Recorrer hoy la Tierra del Fuego argentina de sur a norte, desde Ushuaia a Río Grande a través de la ruta nacional 3, es viajar al lado de una permanente alambrada, que todavía señala la propiedad privada de los descendientes de estas cuatro familias de terratenientes que un día, hace ahora más de cien años, se apropiaron en exclusiva de una tierra que no les pertenecía. Ahora bien, el viajero atento puede adivinar las huellas de un drama que ni el paso del tiempo ni la interesada escritura de la historia han podido borrar.

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