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Critica Sur » Sociedad » 17 mar 2017

"Carmelo", el perro del carrito que concientiza sobre el trato a los animales

Le salvaron la vida cuando tenía tres meses. Le habían quebrado las patas traseras y la columna. Pero "Carmelito" encontró un hogar en el que recibe cariño y cuidados. "La crueldad de un solo hombre ha generado que mucha gente se sienta involucrada con él", dijeron sus dueños a Crítica Sur.


Río grande. Aunque caen unas gotas, "Carmelito" sale a pasear con Félix por la playa día por medio. Anda con un carrito con botas para sus patas traseras porque tuvo lesiones luego de ser cruelmente golpeado cuando solo tenía tres meses; además debe usar pañales. Hoy tiene dos años y vive con Susana y Félix, además de sus otros ocho hermanos perrunos y once gatos.

El último año su página de Facebook Carmelito Carmelo Miguez recibió cientos de comentarios y Me Gusta a cada una de las fotos que publican de su día a día. Se hizo tan conocido que cuando alguien lo reconoce, se toma de inmediato una foto con él y luego lo etiquetan. Hace pocos días cumplió dos años y recibió cientos de saludos en el muro de esa red social.

En la casa de Susana y Félix es raro no escuchar ladridos, salvo el tiempo que sus nueve perros usan para comer. Además tienen diez gatos. “Acá gatos y perros conviven perfectamente bien”, contó Susana a Crítica Sur.

Cada uno de ellos llegó a su casa con alguna historia poco feliz: algunos fueron encontrados muy flacos y con hambre; otros abandonados y también algunos que abandonaron en la puerta. “Trataba de buscarles hogar, pensaba ‘no puede ser que tiren los perros de esta manera’ y así se fueron quedando y llegué a tener quince”, aseguró.

Félix sale todas las mañanas a pasearlos y para eso los divide en grupos día por medio. “A las seis de la mañana se va con sus perros a la playa y a las nueve está pegando la vuelta; pero a Carmelo lo saca como a las nueve porque le cuidamos mucho las orejas porque sufre de los oídos, y si está frío, le duelen”. “Le tengo que poner las gotas, algodón para taparle los oídos para que no sufra tanto”.

Una historia de crueldad, amor y esperanza

Carmelito llega a Susana cuando ella todavía formaba parte del voluntariado de Guardia Animal. Si bien primero estuvo al cuidado en otro hogar, y luego regresó a Guardia, en algún momento creyó necesario asumir la responsabilidad para darle un cuidado más personalizado y así fue como lo llevó a su casa definitivamente.

La historia de Carmelo es la de muchos otros animales que sufren violencia. Cuando tenía dos o tres meses fue regalado a una familia en los asentamientos; las niñas lo adoraban, pero el padre tomaba alcohol. Un día llegó más borracho de lo habitual y atacó al cachorro. “Lo agarró a patadas, palos; le quebró la columna y las patitas”, relata Susana.

Las pequeñas lo llevaron a Guardia Animal llorando luego de lo sucedido, y allí comenzaron los tratamientos. “Se salvó de milagro Carmelo, pero tampoco la tiene segura, tiene sus problemas de salud pero eso no le quita su alegría de vivir”, asegura.

Dinámico y súper veloz, tanto en el carrito como arrastrándose sobre sus frágiles patas, cuando sale a ladrar con los hermanos es uno más.

El primer carrito de Carmelo llegó cuando estaba aún en Guardia Animal, luego otros se los fueron regalaron, pero actualmente solo son de su medida los tres carros que le construyó Félix, con materiales reciclados.

Uno de los modelos tiene un cinto de tachuelas de Susana y las dos correas de sus carteras que sostienen a Carmelo a la estructura. Además, dos vasos plásticos fuertes sostienen sus patas traseras.

“El modelo lo sacamos de Google, allí salía uno de caños de agua y con mi marido decidimos intentarlo. Salió liviano, fácil de hacer, no era caro porque es todo plástico y las ruedas las conseguimos de mi vecina, que se le rompió el triciclo al bebé y nos las dio”, detalla Susana y asegura que “acá es todo reciclado, lo bueno es que con ingenio se puede resolver”.

Susana gasta al menos 120 pañales por mes para Carmelo, teniendo en cuenta que lo cambia cuatro veces al día. “Usa dos pañales distintos, XXG durante el día y adultos talle M por la noche; le saco el elástico y le pongo eso. Por la noche le pongo un pañal entero, le hago un agujero para pasar la cola y uso pañal de adulto. Usa cuatro pañales de bebé por día, porque cuando hace pis, si no se lo cambio, empieza a morder el pañal porque no le gusta estar mojado”, describe. A fin de mes son unos 120 pañales, todo un presupuesto.

Los gastos corren por cuenta de la familia, pero mucha gente decide colaborar con ellos, y cualquier ayuda es bienvenida. “Los pañales son el mayor gasto que tengo, pero usa de todo: óleo, hipoglos en crema, es un bebe”, afirma.

Carmelo, todavía un cachorro, es consentido por donde se lo mire. “Si a él no le gusta un pijama lo rompe, tiene que dormir con pijama para que no se le desacomode el pañal; y cuando sale tiene tapados, yo le hice uno rojo y uno amarillo, le regalaron otros dos y con eso tiene que pasar el invierno”, cuenta Susana que todo se lo cose a medida.

La página de Facebook

Nació porque muchos le acercaban a Susana cosas que necesitaban a Carmelo, y no tenía forma de agradecerlo. “Un día me senté y armé la página que todavía no tiene un año; la página es de Carmelo y la gente lo adora”, relata.

Hoy tiene más de 4.900 amigos en la red social y para Susana el mensaje más claro de la historia de su perro es que “la crueldad de un solo hombre ha generado que un montón de gente se sienta involucrada con él, yo creo que ese tipo jamás pensó que la acción de él iba a terminar así”.

“La semana pasada vino una señora de Ushuaia solo para verlo. Hay gente que viene a colaborar porque saben todo lo que requiere cuidarlo. Y uno piensa, hay gente tan mala, y otra que es tan admirable”, agrega.

Susana, que durante años fue voluntaria, afirma que “los casos de crueldad existen y hay leyes que los sancionan, el tema es que no te toman las denuncias, y los jueces no hacen nada ante la crueldad de la gente, sino recuerden cuanto pagó el tipo que despellejó a Chocolate, 5 mil pesos, y a los pocos días quedó libre”.

Por último dice que lo único que espera es que Carmelito pueda vivir varios años. “Uno es lo que desea, pero sabe que a veces no es tan así, y los problemas de salud que él tiene pueden ser un problema a medida que vaya creciendo”.

El pequeño perro recibe tratamientos de acupuntura para incentivar la regeneración muscular. “Lo pinchan entero, para ver si podemos fortalecer, queremos ver si puede caminar un poco aunque sea en tres patitas; la posibilidad está, él es algo vago porque está cómodo con el carro, pero también está que uno a veces no tiene tiempo y está grande”, cierra Susana.

Lo que más necesita Carmelo son pañales de bebe (XXG) y en menor medida de adulto (M), por lo que quienes deseen comunicarse con Susana o Félix para brindar su ayuda pueden hacerlo a través de Carmelito Carmelo Miguez en Facebook.

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