"Falta voluntad por defender los intereses nacionales sobre Malvinas"
Para Alejandro Betts, peticionante argentino ante la ONU y nacido en Puerto Argentino, la política exterior del Gobierno Nacional transita por el camino de las “relaciones carnales” que fracasaron en la década del 90.
A través de una nota de opinión, Alejandro Betts comparó la actual política exterior del Gobierno Nacional por Malvinas como lo sucedido en la década del ’90, cuando se transitó “por el camino de las ‘relaciones carnales’ que nos condujo a un fracaso estrepitoso”.
“En ese entonces, el Gobierno nacional generosamente abrió la puerta a un “intercambio positivo” con la contra-parte de la disputa por la soberanía de las Islas Malvinas: el Reino Unido. En la práctica, el “intercambio positivo” se convirtió en una pesadilla de concesiones desmalvinizadoras por parte de Buenos Aires, a demandas unilaterales e inflexibles desde Londres, vía Puerto Argentino”, recordó.
Betts detalló que eso se tradujo en acuerdos que le permitieron a los británicos ampliar su pretendida jurisdicción marítima circundante a Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur de las 12 millas mar adentro de la línea base de cada archipiélago a los 150 millas primero, a los 200 millas después y finalmente a lo que pretendan en la actualidad de una línea irregular desde el Banco Namuncurá, a 150 km al este de la isla de los Estados y extendiendo 400 millas al Sur de la Isla Soledad.
Luego siga en abanico hacia el Este sobre la Meseta de Malvinas, para terminar en una traza paralela al talud continental de la Plataforma continental argentina, al Norte del archipiélago.
“Para ser gráfico, esto representa dos millones y medio de kilómetros cuadrados de Mar Argentino apoderado en nombre de una Zona de Exclusión Económica en que se explotan de manera unilateral desde 1986 los enormes recursos ictícolas en esta área; y donde comenzaron tareas de exploración y perforaciones de las cuencas sedimentarias de hidrocarburos a partir de 1995 en adelante, también de forma unilateral”, explicó.
Según Betts, con la pesca “se han beneficiado de una acumulación de 150 mil millones de dólares brutos” en tres décadas, aunque “ahora van por más”.
“Encontraron un Gobierno Nacional permeable a ceder aún más a las demandas unilaterales del Reino Unido para satisfacer sus necesidades inmediatas, de proseguir sin demoras en la extracción del petróleo que yace en los pozos ya acondicionados para tales operaciones en la plataforma continental argentina. Para ello, era imperioso volver a la práctica de los años 90 y un “diálogo constructivo” entre Londres y Buenos Aires”, opinó.
Vuelos a Malvinas
Asimismo, Betts analizó el comunicado conjunto firmado entre ambos países en septiembre de 2016, en el que se establece que “…ambos Gobiernos acordaron que la fórmula de soberanía del párrafo 2 de la Declaración Conjunta del 19 de octubre de 1989, se aplica a este Comunicado Conjunto y a todas sus consecuencias.”
“Los ciudadanos británicos que habitan Malvinas estaban y siguen siendo, eufóricos, y no era para menos. El segundo párrafo del último punto de dicho Comunicado establecía expresamente que: “...ambas Partes acordaron que serían establecidas conexiones aéreas adicionales entre las Islas Malvinas y terceros países. En este contexto acordaron el establecimiento de dos escalas adicionales mensuales en territorio continental argentino, una en cada dirección”, detalló.
Para Betts se trata de un “texto claro y conciso: conexiones aéreas adicionales entre las Islas Malvinas y terceros países. Vuelos adicionales a las islas que constituirán una línea logística para el recambio de tripulaciones de los barcos pesqueros y las plataformas petroleras y abastecimiento en general, multi-rubro, sin participación directa argentina”.
“¿A cambio de qué se accede validar estas rutas aéreas futuras? ¿Poder ingresar al territorio de Malvinas los argentinos del continente sin usar pasaporte o sufrir restricciones migratorias?; ¿Reducción progresivo hasta su definitiva eliminación de la base militar británica/OTAN de mayor envergadura de fuerzas extranjeras de la región sudamericana, emplazada en Monte Agradable?; ¿Acceder a iniciar gestiones concretas tendientes a la recuperación efectiva de la soberanía argentina de las Islas? No, nada de eso. De esos temas no se habla, esa postura es un reflejo fiel de su ya tradicional intransigencia que desarticula toda táctica de acercamiento entre Buenos Aires y la metrópoli británica”, se preguntó el excandidato al Parlasur por el Partido Social Patagónico (PSP).
“Está que los británicos sí tienen una política de estado bien definida y en plena ejecución con respecto al futura relación bilateral por las Islas”, aseguró.