Suicidio, la tragedia que podemos evitar
Con cuatro personas que se quitaron la vida en los primeros días de 2017 en Tierra del Fuego, este flagelo afecta especialmente a los jóvenes. Cómo detectar el riesgo.
La palabra suicidio muchas veces asusta, pero para los especialistas hace falta hablar abiertamente de los factores de riesgo, ya que el suicidio en si es un acto mortal, la conclusión de un proceso que no fue detectado a tiempo. “Tenemos que hablar de los factores que conducen a eso y todos como comunidad estar atentos a ellos”, aseguró Eduardo Rija, psicólogo y responsable del Programa de Prevención y Asistencia a Personas con riesgo de Suicidio en Radio Nacional Ushuaia
Los factores son múltiples. “La presencia de trastornos mentales, intentos previos de suicidio, alguien que hizo un intento tiene que seguir un seguimiento y el protocolo que estamos organizando es que por lo menos tenga un seguimiento de un año como recomienda la OMS”, detalló Rija.
Pero además el hecho de estar atentos a la “ideación, el tema de la desesperanza, cuando alguien en su discurso habla de no tener deseos, sueños, iniciativa, de estar como se dice comúnmente bajoneado, es un indicador. Hay que escucharlo y ver cómo esa persona puede desandar esa historia porque nuestro pensamiento es nuestra esencia”.
Las enfermedades físicas, el dolor o la discapacidad. “A veces no se puede sobrellevar la vida con esa carga y las personas deberían tener un acompañamiento psicológico oportuno o alguien que los acompañe en ese dolor”, remarcó.
En cuanto al abuso de drogas y alcohol aseguró que “es un factor de riesgo importante porque los seres humanos tenemos el psiquismo y la mente para afrontar la vida”.
En este orden precisó que “el ingreso de sustancias a temprana edad interviene en el desarrollo evolutivo y le impiden a la persona ir generando los recursos que tiene que generar para ir enfrentando la vida posteriormente”. “Se produce una anestesia, me anestesio con drogas para no ver la realidad que me circunda y entonces crezco. Cuando esa persona es adulta debe enfrentar problemas pero no tiene los recursos para enfrentarlos”.
Finalmente Rija se refirió al desarraigo como un factor local. Sin embargo señaló que “el desarraigo depende de la estructura afectiva de cada uno. Hay personas que viven arraigados a su núcleo familiar de origen, su familia extendida, con vínculos muy fuertes y cuando hay un traslado seguramente que pueden sentir pérdidas que nosotros llamamos duelos”.
“Allí es donde empiezan las desesperanzas, ideas de tristeza que a veces no tienen otra forma de resolución porque están obligados a estar en un lugar que quizás no quieren. Nuestra mente está edificada bajo pilares afectivos, y cuando esos pilares comienzan a desmoronarse, una persona que no tiene recursos propios se siente sola”, sumó.
Los factores protectores
Los espacios que generen en los jóvenes confianza en sí mismos, las habilidades sociales, el hecho de fomentar grupos, los clubes sociales. “Sería fantástico que esta comunidad comience a generar más estos espacios”, dice Rija al explicar que existen “factores protectores” de situaciones que llevan al suicidio..
Es allí donde en nuestra provincia juega en contra el factor climático. “Nosotros por el clima vivimos un poco más de puertas adentro porque hace frio”, señaló.
Incluso sostuvo que hay cuestiones desaprovechadas. “Tenemos deportes de invierno que muchas veces son inaccesibles, la pista del Martial que está cerrada es un crimen porque los pibes de alguna manera podrían hacer actividades también en invierno. Por suerte se hicieron las canchas de futbol y rugby que muchas veces están desaprovechadas a mi criterio”.
También remarcó como otro factor importante la actividad religiosa. “Hay quienes creen y quiénes no, a mi criterio hay que fomentarlo y no estigmatizar porque es de tal o cual religión. Las religiones son factores protectores a nivel social”.