domingo 23 de junio de 2024 - Edición Nº2834
Critica Sur » Sociedad » 4 ene 2017

Suicidio: Un programa para saber detectar las alertas

El plan del Programa de Prevención y Asistencia a Personas con Riesgo de Suicidio, avalado por el Ministerio de Salud de la Provincia, prevé movilizar los recursos de prevención de las comunidades. Además, dentro de unos meses se establecerá una línea telefónica específica y buscará mejorar el acceso a los servicios de salud mental.


El acto más solitario que pueda realizar un hombre, darse muerte, es sin embargo un acto de muchos: porque entre los determinantes del suicidio intervienen características de la familia o el grupo al que pertenece esa persona; también, si se quiere, porque cada muerte por mano propia deja huellas traumáticas en un promedio de seis personas allegadas al suicida.

Eduardo Rija, psicólogo y responsable del Programa de Prevención y Asistencia a Personas con riesgo de Suicidio y Viviana Ariztegui, responsable del área de Estadísticas de la dirección de Epidemiología, hablaron esta mañana en Radio Nacional Ushuaia acerca del nuevo programa de prevención y remarcaron que la prevención requiere de un esfuerzo comunitario.

“Sí, estamos ante un gran problema, un problema como sociedad básicamente”, advierte Rija. Es que si bien asegura que el Estado debe hacerse cargo de llevar adelante acciones de prevención, asegura que “es un problema de toda la comunidad, y una de las acciones es hacer consiente a toda la comunidad de que cada uno debe ser responsable del sector que le toca cuando haya que coordinar acciones que lo comprometan con la problemática”.

Los números y las estadísticas no aportan mucho, pero si los especialistas reconocen que la tasa de suicidios en Tierra del Fuego es más alta que la media nacional. “También es cierto que al ser una comunidad chica y podríamos llegar a tener un control mejor de la situación, esto nos motiva a que hagamos cosas para poder bajar la tasa”, señaló el psicólogo.

Hay una tendencia de los últimos tres o cuatro años que se mantiene en el mismo registro, pero es más alta que en décadas anteriores.

El hecho de que durante muchos años no hubo un programa serio para el estudio, análisis y prevención del suicidio, llevan a que hoy no se puedan establecer cuáles son los factores particulares en Tierra del Fuego.

“Decís cuál es la causa, no podemos hablar a ciencia cierta. Lo que sabemos es que tenemos que empezar a hacer algo, y al iniciar con este dispositivo queremos comenzar a registrar datos que nos permitan evaluar y empezar a sacar conclusiones. Hoy por hoy hablar en el aire de por qué estamos así, no me parece responsable”, reconoce Rija.

De esta manera el área de Salud Mental del Ministerio de Salud se enfrenta recién al inicio de un ambicioso plan de trabajo. “Estamos en el inicio de trabajar en dispositivos concretos que tienen que ver con el registro de cada situación, evaluar cada una cuando sucede, reconstruir los casos y ver cuáles fueron las situaciones que se repiten como denominador común para decir estos son los factores que se repiten con mayor frecuencia para luego sacar conclusiones”, explicó.

Sin embargo, hay cuestiones que son generales que ayudan a conocer el panorama. “Mundialmente la problemática del suicidio tiene que ver con dos etapas críticas de la vida y los cambios emotivos: De la adolescencia a la adultez, hay una crisis evolutiva y existencial; y luego cuando la persona es adulta mayor, y tiene algunas enfermedades crónicas”.” Mundialmente es así, pero nosotros no tenemos todavía un diagnóstico propio, y sería irresponsable decirlo”, apuntó el especialista.

De este modo añadió que “tenemos que ser prudentes y trabajar con este dispositivo de conseguir los datos que a nosotros científicamente nos den respuestas de cuál es el problema para trabajar campañas con esas cuestiones para comenzar a bajar los índices. Esto nos va a llevar un tiempo, no es inmediato”.

Línea de atención al suicida

Para llevar adelante el programa una de las primeras herramientas a implementar es línea telefónica preventiva. “Está pensada y en los próximos meses va a estar funcionando, para contener aquellos casos donde aparece la ideación suicida”, indicó Rija y detalló que “puede ser una situación de depresión, una idea de que nada tiene sentido; todo eso lo vamos a tratar de resolver a través de la contención y la derivación correspondiente en ese número telefónico”.

Eso los derivará a la segunda parte del trabajo que es la asistencial. “Hemos detectado que hay algunas cuestiones de falencias que hay que mejorar, como es la accesibilidad al sistema de salud mental”, admitió.

De esta manera precisó que “vamos a generar un mecanismo donde en cada centro asistencial haya demanda espontánea, que nadie tenga que esperar turnos para que lo atiendan en salud mental. La idea es hacerlo a través de la línea telefónica y que en el caso de situaciones complejas se pueda ubicar al paciente para que tenga una asistencia inmediata”.

También –en esta línea- se desarrollará un trabajo en las escuelas. “Hay indicadores que determinan que si uno está cerca de la población educativa, sobre todo a través de los equipos de orientación, si están cerca podrían comenzar a detectar y obviamente a hacer la asistencia que corresponde”.

Rol comunitario para detectar factores de riesgo

La palabra suicidio muchas veces asusta, pero para los especialistas hace hablar abiertamente de los factores de riesgo, ya que el suicidio en si es un acto mortal, la conclusión de un proceso que no fue detectado a tiempo. “Tenemos que hablar de los factores que conducen a eso y todos como comunidad estar atentos a ellos”.

Los factores son múltiples. “La presencia de trastornos mentales, intentos previos de suicidio, alguien que hizo un intento tiene que seguir un seguimiento y el protocolo que estamos organizando es que por lo menos tenga un seguimiento de un año como recomienda la OMS”, detalló Rija.

Pero además el hecho de estar atentos a la “ideación, el tema de la desesperanza, cuando alguien en su discurso habla de no tener deseos, sueños, iniciativa, de estar como se dice comúnmente bajoneado, es un indicador. Hay que escucharlo y ver cómo esa persona puede desandar esa historia porque nuestro pensamiento es nuestra esencia”.

Las enfermedades físicas, el dolor o la discapacidad. “A veces no se puede sobrellevar la vida con esa carga y las personas deberían tener un acompañamiento psicológico oportuno o alguien que los acompañe en ese dolor”, remarcó.

En cuanto al abuso de drogas y alcohol aseguró que “es un factor de riesgo importante porque los seres humanos tenemos el psiquismo y la mente para afrontar la vida”.

En este orden precisó que “el ingreso de sustancias a temprana edad interviene en el desarrollo evolutivo y le impiden a la persona ir generando los recursos que tiene que generar para ir enfrentando la vida posteriormente”. “Se produce una anestesia, me anestesio con drogas para no ver la realidad que me circunda y entonces crezco. Cuando esa persona es adulta debe enfrentar problemas pero no tiene los recursos para enfrentarlos”.

Finalmente Rija se refirió al desarraigo como un factor local. Sin embargo señaló que “el desarraigo depende de la estructura afectiva de cada uno. Hay personas que viven arraigados a su núcleo familiar de origen, su familia extendida, con vínculos muy fuertes y cuando hay un traslado seguramente que pueden sentir pérdidas que nosotros llamamos duelos”.

“Allí es donde empiezan las desesperanzas, ideas de tristeza que a veces no tienen otra forma de resolución porque están obligados a estar en un lugar que quizás no quieren. Nuestra mente está edificada bajo pilares afectivos, y cuando esos pilares comienzan a desmoronarse, una persona que no tiene recursos propios se siente sola”, sumó.

Los factores protectores

Los espacios que generen en los jóvenes confianza en sí mismos, las habilidades sociales, el hecho de fomentar grupos, los clubes sociales. “Sería fantástico que esta comunidad comience a generar más estos espacios”, dice Rija al explicar que existen “factores protectores” de situaciones que llevan al suicidio..

Es allí donde en nuestra provincia juega en contra el factor climático. “Nosotros por el clima vivimos un poco más de puertas adentro porque hace frio”, señaló.

Incluso sostuvo que hay cuestiones desaprovechadas. “Tenemos deportes de invierno que muchas veces son inaccesibles, la pista del Martial que está cerrada es un crimen porque los pibes de alguna manera podrían hacer actividades también en invierno. Por suerte se hicieron las canchas de futbol y rugby que muchas veces están desaprovechadas a mi criterio”.

También remarcó como otro factor importante la actividad religiosa. “Hay quienes creen y quiénes no, a mi criterio hay que fomentarlo y no estigmatizar porque es de tal o cual religión. Las religiones son factores protectores a nivel social”.

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