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Critica Sur » Provincia » 6 nov 2019

historia

Se cumplen 199 años de la toma de posesión formal de las islas Malvinas

El día 6 de noviembre de 1820, el coronel de Marina argentino, David Jewett, izó la bandera celeste y blanca en Puerto Soledad y se procedió a tomar posesión formal de las Islas Malvinas, luego de haber sido comisionado por el Supremo Gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata.


Por:
Alejandro Betts

El 13 de febrero de 1811, el Segundo Piloto de la Real Armada Española, don Pablo Guillén, cumplimentó la orden del gobernador de Montevideo, mariscal de campo Gaspar de Vigodet, de retirar la dotación naval instalada de Puerto Soledad de las islas Malvinas.

Guillén fue el último gobernador del archipiélago, con mandato ordenado desde España. La evacuación de la dotación fue ejecutada por la zumaca “Carlota” y el bergantín “Gálvez”. A partir de esa fecha las islas quedaron desprovistas de autoridades militares y administrativas de la junta revolucionaria, que no debe interpretarse como un renunciamiento a la soberanía territorial del archipiélago, sino como una medida de índole administrativa temporario.

Fue así como, ante un cúmulo de noticias provenientes de esa zona marítima, dando cuenta del desmedido ejercicio ilegal de pesca y la caza de anfibios y el ganado vacuno en la isla Soledad, el gobierno decide tomar cartas en el asunto.

Con tal motivo, la Comandancia General de Marina, en cumplimiento de la nota enviada por el gobierno de fecha 5 de agosto de 1817, dispone la partida de varias expediciones destinadas a resguardar la soberanía en los mares del Sur, cuyo principal destino era el archipiélago malvinero.

Estas expediciones fueron repitiéndose sucesivamente hasta 1820, año que el gobierno central de Buenos Aires decide remediar definitivamente la situación de Malvinas, asegurándose la totalidad del territorio heredado de España, asumiendo el gobierno de las islas Malvinas en nombre del gobierno de las Provincias Unidas.

La Expedición de 1820
Para tal fin se fletó la fragata nacional “Heroína”, cuya tripulación no fue fácil reclutar, pero, que finalmente fue completada con la incorporación de excombatientes, presidarios y algunos pocos voluntarios.

Los oficiales, en su mayoría eran veteranos de otras campañas, corsarios y oficiales rioplatenses para la tropa, haciendo un total de 200 almas a bordo cuando zarpó de Buenos Aires en el mes de marzo de 1820.

Apenas que se había abandonado el Río de la Plata, la fragata, con rumbo hacia el norte, fue presa de violentos temporales que pusieron en peligro su casco, resultando de ello una considerable pérdida de víveres y municiones; como asimismo ocasionó un lento andar de la nave con el consecuente descontento entre la tripulación. Sin embargo, superando el trance, el navío continuó se derrotero navegando rumbo al Norte, paralelo a la costa brasileña, con el fin de ocultar su verdadero destino en dirección opuesta, las Malvinas.

Cuando ya se hallaba cercana a Río de Janeiro, los toneles de agua estaban casi agotados haciendo la imperiosidad de buscar pronto un puerto para reponer ese elemento indispensable para la tripulación. Así fueron hasta la isla de Trinidad para conseguir una cantidad del líquido vital que no alcanzó a satisfacer la necesidad de la nave dado el deplorable estado de los toneles.

Ante semejante situación el comandante de la “Heroína” puso proa hacia el Ecuador y pasó al hemisferio Norte, con rumbo a las islas de Cabo Verde, donde se podrían reparar los toneles de aguada y demás averías en el casco de la nave. Esta decisión le costó a Jewett sofocar una sublevación de algunos de sus subalternos, ansioso de dirigirse a los Estados Unidos en lugar de Cabo Verde.

Finamente, se echaron anclas en Cabo Verde donde se realizaron las tareas pendientes reparando y renovando toneles inservibles y daños en el casco de la nave y aparejos.

Luego, se tomaron la navegación nuevamente y, el 27 de julio, avistaron en horas de la mañana, la corbeta portuguesa “Carlota”, que lograron alcanzar pasado la medianoche luego de una persecución durante todo el día. Desde la cubierta de la “Heroína” se le ordenó proceder a su identificación. La respuesta fue una ráfaga de fuego de los cañones de la “Carlota”. Ante este imprevisto reacción, Jewett ordenó hacer un disparo sobre el castillo de proa de la nave esquiva. De respuesta la “Heroína” recibió una cerrada descarga de fusilería y metralla.

Fue necesario entonces replicar con un agudo tronar de las baterías de la “Heroína”, que rápidamente se impuso a su adversaria con la superioridad de sus cañones. Así, el comandante David Jewett procedió a la captura de la nave, comprobando que se trataba de la corbeta “Carlota”, de 22 cañones y 60 tripulantes, que había partido de la Bahía de Todos los Santos y se dirigía al puerto de Lisboa. En la escaramuza, el soldado Andrés Reina de la “Heroína” fue la única baja en su tripulación. Reina había pertenecido al regimiento de artillería y que se hallaba en presido antes de salir de corso.

Para el 6 de agosto de 1820 las dos naves se encuentran navegando con destino al Sudeste de la isla de Madeira, soportando muy diversas circunstancias, entre ellas la mala conservación de los víveres, nuevas averías en los depósitos de agua y la falta de créditos para abastecerse y reacondicionar la nave en algún puerto. En cuanto a las tripulaciones, hubo varios intentos de motín a bordo de ambas naves, el brote de la peste del escorbuto e insubordinaciones múltiples, que determinaron la corrección del rumbo apartándose de las costas del Brasil, para enfilarse para su objetivo verdadero en el Atlántico Sur: las islas Malvinas.

Objetivo Malvinas alcanzado
El 27 de octubre de 1820 la “Heroína” fondeaba en la Bahía de la Anunciación, a seis millas de la antigua población de Puerto Soledad, en las islas Malvinas, constándose la presencia de cerca de medio centenar de barcos extranjeros – mayoritariamente británicos y norteamericanos – dedicados a la pesca y caza furtiva de la fauna marina, abusando de la libertad que ofrecía la ausencia de una autoridad permanente. La antigua población española de Puerto Soledad era representada por el triste escenario que ofrecía la treintena de casas que aún permanecían en pie, destruidas casi en su totalidad por la mano devastadora del tiempo y del hombre.

La presencia de la fragata corsaria que llegaba a las islas portando órdenes del Superior Gobierno de las Provincias Unidas legitimaría la propiedad legal al archipiélago, desarticulando las actividades legítimas que desarrollaban en torno de las islas y sus adyacencias.

A pesar de la angustiosa situación en que se hallaba, Jewett apenas desahogada su tropa por la nueva instalación en tierra, procedió a ejercer el acto solemne de jurisdicción territorial en aquellas islas a nombre del soberano, pueblo y gobierno argentino. En cumplimiento de las órdenes emanadas de su comandante, el capitán Anzoátegui, se instaló en el “cuartel en el pueblo de la Soledad”, desempeñándose como “Comandante de dicha islas”, redacta el texto del que sería el primer informe argentino firmado en esas tierras australes.

Comunicación previa y toma de posesión
Dos días después, David Jewett se comunicó con las embarcaciones extranjeras mediante una circular de fecha el 2 de noviembre detallado los propósitos y motivos de su cometido en Puerto Soledad en nombre del gobierno de Buenos Aires:

“Fragata del Estado Heroína, en Puerto Soledad, Noviembre 2 de 1820.

Señor, tengo el honor de informarle que he llegado a este puerto comisionado por el Supremo Gobierno de las Provincias Unidas de Sud América para tomar posesión de las islas en nombre del país a que éstas pertenecen por la Ley Natural.

“Al desempeñar esta misión deseo proceder con la mayor corrección y cortesía para con todas naciones amigas.

“Uno de mis objetos de mi cometido es evitar la destrucción de las fuentes de recursos necesarios para los buques de paso, que, en recalada forzosa, arriban a las islas, y hacer de modo que puedan aprovisionarse con los mínimos gastos y molestias, dado que los propósitos de Usted no están en pugna y en competencia con estas instrucciones y en la creencia de que una entrevista personal resultará de provecho para ambos, invito a usted a visitarme a bordo de mi barco, donde será grato brindarle acomodo mientras le plazca.

“He de agradecerle – así mismo – que tenga a bien, en lo que esté a su alcance, hacer extensiva mi invitación a cualquier otro súbdito británico que se hallare en estas medicaciones,

“Tengo el honor de suscribirme señor, su más atento y seguro servidor.

David Jewett, Coronel de la Marina de las Provincias Unidas de Sudamérica. Y comandante de la Fragata Heroína”

El día 6 de noviembre de 1820, el Coronel de Marina argentino, David Jewett, izó la bandera celeste y blanca en lo que restaba de Puerto Soledad y se procedió a tomar posesión formal de las Islas Malvinas, comisionado por el Supremo Gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata, ejerciéndose un acto de soberanía y jurisdicción argentina sobre el territorio heredado de España en un todo de acuerdo con el Derecho Internacional que convalida la figura de Sucesión de Estados.

Ningún país o gobierno protestó por los actos de Jewett en Puerto Soledad ni cuestionaron “la Ley Natural” -que hizo referencia el Coronel – que asistía a las Provincias Unidas.

* Alejandro Betts; es cuarta generación de isleños nacidos en las Islas Malvinas, es fueguino y tiene documento argentino. Es veterano de la guerra de 1982 y peticionante ante el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas en defensa de los derechos soberanos de la Argentina sobre las Islas Malvinas. Es miembro de la Fundación Malvinas y asesor técnico del Observatorio Malvinas de Tierra del Fuego. Nació en Malvinas el 28 de octubre de 1947 y vive en Agua de Oro, Provincia de Córdoba.

Fuente: www.agendamalvinas.com.ar.

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