viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº2769
Critica Sur » Sociedad » 30 jul 2019

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Riograndenses llevaban balas en los bolsillos que no declararon y están detenidos en Punta Arenas

Desde hace más de dos semanas los días en Punta Arenas le han parecido una eternidad a Carlos Alberto Cano Becerra, y su hijo Carlos Francisco, ambos de Río Grande. “Si me dejan vivir en una carpa lo hago porque para un argentino, trabajador común, es imposible estar acá”, afirmó Carlos a quien le quedan aún cumplir al menos dos semanas más en esa ciudad hasta que finalice la investigación judicial.


“Andamos como usted nos ve, con la misma ropa y realmente no sabemos qué hacer”, dijo desesperado Carlos Cano a La Prensa Austral, caminando por el centro de la ciudad.

“Viajábamos desde Río Gallegos a nuestra casa en Río Grande, donde vivo hace 40 años. En el bolsillo tenía dos balas del más mínimo calibre que tenemos en Argentina. La chica de Aduanas me pregunta si tenía más. Respondo que no y le pregunto a mi hijo. El se toca los bolsillos y tenía más balas”, dijo explicando que cuando salen a cazar él lo ayuda a cargar las armas, de un calibre 22.

En el plano humano, “para nosotros esto es terrible”, admitió. Por ahora están pernoctando en una casa, donde pagan 24 mil pesos chilenos por día.

Pero plata ya no tienen. Por eso dice que “si me dejan vivir en una carpa lo hago porque para un argentino, trabajador común, es imposible estar acá”. Para ellos es todo muy caro, porque el cambio de moneda no les conviene. “Estoy viviendo un verdadero drama”, agregó

Hace 25 años trabaja en el mismo lugar, en la Municipalidad de Río Grande y expresó ser respetuoso de la ley, pero siente que es “duro” como se aplica el procedimiento.

“Acá en Chile tengo amigos y me dicen que si acá los agarran con balas, les hacen un parte, es una infracción y la pagan. A mí me incautaron hasta la camioneta y estoy con la ropa que llevo puesta”.

“En Río Grande mi señora y nietos están preocupadísimos por todo lo que estamos viviendo. Ahora el abogado me dijo que pida un certificado de buena conducta en mi país”.

Mientras tanto Carlos Cano deberá esperar que transcurran los 30 días que fue el plazo fijado por el Tribunal.


 

Otro argentino

En mayo pasado le sucedió algo parecido a otro ciudadano argentino. Nolberto Quevedo, de 65 años, también detenido en San Sebastián.

La diferencia fue que la jueza lo envió a la cárcel a cumplir prisión, por contrabando y porte ilegal de arma de fuego y municiones.

Esta persona no declaró que llevaba un antiguo rifle calibre 22, casi de colección, cartuchos de bala.

Como nuevamente no había juez en Porvenir, lo trasladaron a Punta Arenas y después lo devolvieron, pero a la cárcel de esa localidad.

Consultado el abogado defensor, Juan Carlos Rebolledo, indicó que después de un mes logró sacar a su cliente de la cárcel y, previo pago de una multa, recuperó su libertad y ya está de vuelta en su país. Obviamente que a Chile no viene más.

(La Prensa Austral)

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