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Critica Sur » Sociedad » 18 oct 2016

Tierra del Fuego, la isla de los naufragios

Aunque no existe un número aproximado de naufragios en las costas fueguinas, si se incluye a la Patagonia y los archipiélagos del Atlántico Sur, se estima que en la región se produjeron más de 700. Sin embargo, serían muchos más. Una experimentada arqueóloga destacó la riqueza cultural que se esconde bajo agua.


La experimentada arqueóloga Dolores Elkin visitó el Museo Fueguino de Arte en Río Grande, para brindar una charla sobre la vajilla que fue encontrada por un grupo de personas que realizaban una excursión en Península Mitre, en mayo pasado.

“No conozco que en otras partes del mundo se haya encontrado algo en tan extraordinario contexto, es fabuloso realmente”, admitió sorprendida la especialista, que arribó a la Provincia para analizar parte del material encontrado. Y esa sorpresa, en diferentes formas, se repetirá a lo largo de la charla en una frase: “Es un hallazgo arqueológico extraordinario”.

Platos, tazas y jarros conforman el hallazgo arqueológico en playa Donata, en un sector de la costa próxima a la desembocadura del río Policarpo. Aunque lo que más interesó a Elkin fueron las cajas de madera en la que se encontraban embaladas, en perfecto estado.

Hasta el momento, detalló la especialista, se avanza en la identificación de los objetos, y para ello se tiene en cuenta el material en el que están construidos, así como la existencia de marcas.

“Todo es loza, en términos genéricos”, comentó Elkin, explicando cómo las diferencias entre loza, cerámica y porcelana sirve de brújula para establecer a qué período pertenecen las piezas de vajilla encontradas.

“Algunas piezas tienen distintos tipos de decoración sobre las bandas, y esto es característico de cerámica inglesa que se usó durante todo el siglo XIX, pero en algunas predomina el color azul, algo más característico de la segunda mitad del siglo XIX, es decir de 1850 en adelante”, detalla.

“Todavía no sabemos si es de origen inglés, pero es probable que lo sea y lo podremos establecer con estudios de laboratorio posteriores”, anticipó.

En general, explicó, las piezas encontradas no tienen marcas, aunque esto acarrea otros inconvenientes: “Hay cuatro tipos de marcas según quién fabricó las piezas: marcas de fábrica; de artesanos que participaban en el proceso de producción; de usuarios (personas que identificaban su propia vajilla realizando marcas con algún elemento filoso); y marcas de imitadores”, señaló.

Elkin ya realizó consultas de catálogos ingleses, y hasta intercambió información con numerosos colegas de ese país, para quienes algunas de las piezas son originarias de las islas británicas.

“¿De qué barco viene esta loza? No lo sé”, admitió, aunque sostuvo que se manejan algunas hipótesis ya que en Península Mitre existen numerosos naufragios. Incluso “hay restos de barcos de los que no tenemos registros, y hay barcos que no se ven”, contó y puso como ejemplo el Vapor Torino, que es el barco más cercano a este hallazgo según el mapa de sectores de yacimientos arqueológicos en el que se divide Península Mitre.

De hecho, Elkin logró en 2014 fotografiar restos del Vapor Torino en una bajante extraordinaria de la marea. “Por la vajilla es poco probable que pueda asociarse a esa embarcación, que pertenecía a La Misión Salesiana y transportaba materiales desde Punta Arenas”, indicó.

Y vuelve al misterio de los cajones en los que se encontraban los objetos y su estado de conservación: “Estamos abocados a tratar de resolver ese tema y hacer una expedición al lugar, para encarar un trabajo de rescate arqueológico de lo que queda de vajilla y de lo que sea, porque se trata de un hallazgo arqueológico extraordinario”, insistió.

“Un lugar privilegiado”

En diálogo con Crítica Sur, la arqueóloga expresó su satisfacción por la convocatoria lograda en la charla del pasado viernes, remarcando que “no se trata de una charla más porque cualquier cosa que suceda en Tierra del Fuego, sea una charla o una exhibición, es algo que sucede en un lugar que no es cualquier lugar”.

En ese sentido, Elkin destacó “la riqueza histórica fueguina vinculada al mar”, considerándola así “un lugar privilegiado”. Valoró, además, que Tierra del Fuego sea una de las cinco provincias que cuente con legislación que protege el patrimonio cultural acuático y subacuático.

“Tierra del Fuego no solo tiene la ley 370 del año 1990, sino el decreto 858 del año 1998, por lo que la protección legal del patrimonio bajo el agua existe a todo nivel”, remarcó.

De todos modos, la arqueóloga espera que “a través de charlas como esta podamos lograr que la protección de ese patrimonio no sea por una cuestión de fuerza de ley, sino porque la gente acepta e incorpora este concepto que estos objetos son de patrimonio público y que todos tenemos derechos a disfrutarlo”, indicó.

Asimismo, recordó que nuestro país adhirió a la Convención de la UNESCO sobre el Patrimonio Cultural Subacuático elaborado en 2001, donde se establece que “los materiales de este tipo están protegidos por ley”.

“Habitualmente se piensa, sobre todo con los naufragios, que no son de nadie; que son del que los encuentra, o que están abandonados en favor del Estado, pero no está incorporado en la mentalidad colectiva que estas cosas son patrimonio arqueológico porque son restos materiales de valor histórico”, explicó.

Elkin sostuvo que la Convención de la UNESCO protege el patrimonio acuático y subacuático “que ha sido olvidado o descuidado”, y que nuestro país ratificó esa Convención en 2010 “por lo que somos Estado parte y por lo tanto tenemos una obligación jurídica que trasciende las leyes nacionales y provinciales”.

Más de 700 naufragios

Consultada si existe una estimación de naufragios que se hayan registrado en Tierra del Fuego, Elkin señaló que “no la hay específicamente para las costas fueguinas, pero tenemos una base de datos de naufragios para el Atlántico Sur, que incluye la Patagonia, los archipiélagos, y en algún caso incluyendo el Estrecho de Magallanes y ronda los 700 naufragios”.

“Al menos son los que están registrados y a los que nosotros accedimos en la información de que en algún momento se hundió un barco, pero seguramente hay muchos más de lo que no se sabe. También parte de nuestro trabajo es ése, ver qué hay y qué queda independientemente de lo que digan los documentos y las fuentes”, remarcó.

Venta ilegal de objetos

Respecto al hallazgo de objetos que luego son ofrecidos a la venta, Elkin sostuvo que “muchas veces el comprador tiene una cuota de desconocimiento, pero en realidad debe saber que si está comprando algo que calcula que tiene más de cien años, lo más probable es que venga de un yacimiento arqueológico”.

“Es un delito para el que lo extrajo y para el que lo compra, porque es de dominio público y le pertenece al Estado Nacional o Provincial según el caso”, recordó y dijo que, desde el Instituto Nacional de Antropología, donde se desempeña “de hecho estamos trabajando mucho a través de allanamientos y confiscación de materiales que se intenta ingresar al circuito de tráfico ilícito”.

La especialista detalló que se trabaja en forma conjunta con Interpol y Gendarmería, entre otras fuerzas de seguridad, de modo que “no es un chiste intentar comercializar este tipo de objetos”.

“¿Y si encuentro algo?”

La mejor recomendación que dejó al ser consultada sobre cómo actuar ante el hallazgo de este tipo de materiales: “Sentido común y honestidad”, dijo.

“Si destruimos el patrimonio cultural destruimos un recurso económico”, enfatizó la arqueóloga, brindando además una serie de consejos a quienes encuentren objetos de este tenor.

Entre ellos: “Lo primero, no mover el objeto. Idealmente, no tocarlo, y si no pueden resistir la tentación de tocarlo al menos volver a ponerlo en el mismo lugar, tal como estaba, porque la posición es muy importante”.

“Sacar una foto exactamente donde está el objeto; una foto del entorno, si se tiene GPS sería fantástico para marcar la posición; pero si no es posible se puede tomar alguna referencia de la mejor manera que uno pueda reconstruir el lugar en el que se encuentra el objeto”, explicó.

Dijo, asimismo, que si se retira algún objeto se debe transportar en el mismo tipo de agua en el que se lo encontró “y dar aviso a las autoridades lo antes posible”.

Perfil

Dolores Elkin, doctorada en Arqueología en la Universidad de Buenos Aires, es Investigadora del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) con lugar de trabajo en el INAPL (Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano), dependiente del Ministerio de Cultura de la Nación. Desde su creación en 1995 tiene a su cargo en el INAPL el Programa de Arqueología Subacuática.

Ha dirigido diversos proyectos de investigación arqueológica vinculados con naufragios históricos en las provincias de Santa Cruz, Chubut y Tierra del Fuego.

Es profesora del Seminario de Investigación y Gestión en Arqueología Marítima en la Universidad de Buenos Aires. Desde 2016 es miembro de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Sitios Históricos.

Posee una amplia experiencia en buceo, siendo Buzo Profesional Científico de la Prefectura Naval Argentina e instructora Senior de la Nautical Archaeology Society del Reino Unido.

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