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Critica Sur » Sociedad » 5 jun 2018

SOCIEDAD

Conín y el trabajo sobre la desnutrición infantil en Río Grande

La Cooperadora para la Nutrición Infantil (Conin) se afianza en Río Grande en la lucha para evitar que haya niños mal alimentados y con deterioros de su salud mental. En Río Grande trabajan desde hace ocho años, y este año incorporaron 30 niños con desnutrición leve a moderada, y a sus familias. “No podemos cubrir más casos por el momento pero es por falta de espacio”, aseguró Valeria Ochoa, presidenta de la ONG en Río Grande. Un trabajo voluntario que crece con los años en la ciudad.


Fundación Dar - Conin, la institución dedicada a combatir la desnutrición infantil, creada en Chile y trasplantada a la Argentina por el pediatra Abel Pascual Albino, trabaja hace ocho años en Río Grande dando pasos importantes en la lucha dedicada a quebrar el flagelo que perjudica a niños de nuestra provincia y el país. Uno de ellos se completará cuando puedan contar con su propio edificio que se encuentra en construcción, ubicado en el ingreso de la Oveja Negra en la Margen Sur de la ciudad.

“El objetivo de la red Conín a través de los centros en todo el país  y a nivel internacional es combatir y erradicar la desnutrición infantil, nosotros trabajamos  con mamás embarazadas y niños de hasta cinco años que presentan riesgo nutricional”, dijo en Fm Aire Libre la presidenta de la Fundación Conín Río Grande, Valeria Ochoa.

“Las familias que ingresan al programa Conín a la Fundación y participan de distintas actividades de salud y promoción humana que ayudan a fortalecer a la mamá, a capacitarla y convertirla en el principal agente sanitario dentro de su hogar, esa es la famosa metodología Conín creada por el doctor Abel Albino y traída como ejemplo desde Chile”, explicó.

Así fue como en Río Grande, un grupo de profesionales y voluntarios lo que hicieron hace ocho años fue copiar la metodología y dieron un paso más, crear los centros de prevención.

“No esperamos que los niños estén en un nivel de desnutrición que necesiten ser internados, lo que hacemos es llegar a ellos un pasito antes para que no llegue a ese diagnóstico nutricional desde todo el trabajo interdisciplinario”, afirma la Licenciada.

Hace ocho años en Río Grande la institución comenzó a trabajar con la familia de un niño con riesgo nutricional, mientras que el resto de las familias que estaban dentro del programa, tenían riesgo social, que es el criterio de ingreso para participar del programa Conín.

“La mayoría de las familias ingresaban por riesgo social en sus inicios en la ciudad, pero la realidad actual cambió”, aseguró Ochoa.

Mientras en 2017 asistían a 20 familias, en 2018 ese número se incrementó a 30 y todos por riesgo nutricional. “Tenemos 30 familias en la actualidad y 30 niños con riesgo nutricional dentro del programa Conín, entre desnutrición leve y moderada”, precisó.

Ochoa detalló que “según el diagnóstico que se les hace a cargo de las pediatras y nutricionistas del centro, puede ser una desnutrición leve, moderada o grave; en nuestro caso no hemos tenido casos de desnutrición grave o aguda, que requiere internación, pero leves o moderadas si”.

Además, el 80% de las familias que integran el Programa Conín en la ciudad hace menos de dos años que viven en la provincia. “Muchas son familias que vienen solas a probar suerte y otras tantas son traídas por sus mismos familiares que ven que están en una necesidad en sus provincias de origen y vienen a brindarle ayuda”, contó.

En este sentido aseguró que “cuando llegan acá la mínima asistencia que reciben es mucho mayor a la que tenían en sus provincias, es algo para valorar el abordaje que se le está dando a la problemática de la desnutrición infantil y todo lo que es la primera infancia, más allá de que el campo laboral no es el mismo que el de hace diez años atrás, es una provincia que tiene políticas concretas en cuanto a la infancia, de ayudar a los niños y las familias que necesitan asistencia inmediata o una ayuda que se prolongue en el tiempo, creo que hay un Estado presente que adopta medidas concretas, una de esas es la construcción de nuestro Centro Conín”.

La licenciada afirmó que “es cierto que vivimos en un lugar donde hay muchos recursos y estos casos no deberían existir, pero muchas veces no se trata de falta de recursos, sino que es educación que es la política del doctor Albino, educar”. “A veces los recursos también están mal dirigidos, una mamá que no sabe cocinar o no sabe cómo administrar sus recursos, una familia que invierte quizás en una gaseosa y no en un vaso de leche”, añadió.

“Lo que nosotros hacemos es ayudar a las familias con bolsones de alimentos, con leche con la fórmula que necesitan los chicos y con educación. El complemento es lo ideal para el desarrollo óptimo de los niños”, explicó.

Este año desde la Fundación realizaron dos relevamientos para encontrar nuevos casos. “No hicimos más porque ahora no tenemos capacidad en el lugar donde estamos trabajando para incorporar a más niños al programa. Se trata de salir a buscarlos, el doctor Albino dice que el que encuentra niños desnutridos es porque sale a buscarlos y muchas veces pasa que realmente necesitan y tienen un problema grave y no salen a buscar ayuda. Nuestro trabajo es en redes con las familias que viven en el barrio, trabajadores sociales, referentes barriales y de los centros de salud para encontrar a estos niños”, aseguró la Presidenta de Conín Río Grande.

Cuando ingresan bajo el programa los niños tienen un seguimiento del área de pediatría, de nutrición, atención temprana y el área social. “Para que ingresen al programa queremos que tengan esta cobertura y que tengan el tratamiento y el seguimiento de las profesionales”, dijo.

No es por falta de casos que no suman más familias. “Actualmente no tenemos más espacio físico y no podemos incorporar más niños al programa aunque estamos próximos a tener nuestra propia sede. Creemos que en algunos meses va a estar lista la sede que se encuentra en el ingreso a la Oveja Negra en la Margen Sur al lado de un plaza integradora muy linda, ideal para un Centro Conín”, manifestó y agregó que “cuando tengamos nuestro propio espacio, la capacidad para poder trabajar con más familias se va a ver incrementada”.

La importancia de los voluntarios

Sean profesionales o no, en la Fundación siempre hacen falta voluntarios. “Más allá de que seamos muchos es mucho el trabajo que tenemos que hacer”, afirmó Ochoa.

Para comunicarse con el Centro Conín de la ciudad los interesados pueden buscar en Facebook la página Centro Conín Río Grande. “Se pueden comunicar con nosotros para ver en qué quieren y pueden colaborar, tenemos voluntarios que van los sábados a trabajar y ayudarnos con la merienda, el orden”, dijo.

“Lo que hacemos nosotros es una reunión mensual de nuevos voluntarios donde los invitamos a la Escuela 44 donde actualmente funcionan las actividades del Centro Conín, presentamos el equipo y qué es lo que hacemos, además de cuál es le trabajo que un voluntario puede llegar a realizar, charlamos con ellos para conocer qué perfil tiene, cuánto tiempo tiene, qué puede hacer en Conín”, precisó.

Además, quienes no tengan tiempo para dedicar pero quieran colaborar con leche y alimentos, la Fundación los recibe para entregar bolsones alimentarios a las familias.

Hasta que esté lista la sede provincia, los voluntarios se reúnen todos los sábados desde las 08.30 a 18.00 en la Escuela 44 de la Margen Sur.

 

 

 

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