domingo 19 de mayo de 2024 - Edición Nº2799
Critica Sur » Sociedad » 24 jul 2016

“Vidita”: Una ausencia de seis años y el duelo de una familia

Gianluca Vallone tenía 12 años cuando fue atropellado en 2010. El viernes habría cumplido 18 años y su familia lo recordó presentando fragmentos de “Vidita”, un libro escrito por su hermana Priscila, a través de una puesta escénica que incluyó lectura de textos y músicos en vivo.


Las cincuenta y dos páginas de “Vidita”, escrito por Priscila Vallone, se leen con un nudo inevitable en la garganta. El dolor, la ausencia y los recuerdos de una familia, tras la pérdida del más pequeño de sus integrantes, quedan registrados en textos que fueron el modo en el que la joven pudo realizar su duelo.

Somos los restos, lo que queda (*)

El 7 de noviembre de 2010, Gianluca fue atropellado por Sergio Luciano Farina Villar, que un año más tarde fue condenado a cuatro años de prisión efectiva y diez de inhabilitación para conducir.

Iba a toda velocidad por la ruta 3 y nunca frenó para evitar el impacto con Gianluca, que en ese momento intentaba cruzar en bicicleta a la altura de calle Berta Weber al 400. Las pericias determinaron que Farina Villar dejó una huella de freno de 65 metros sobre la ruta, y que en los primeros 25 metros de esa frenada cargó el cuerpo del pequeño sobre el capot de su Daewoo Lanos.

Ya no sé qué hacer para reconstruirte. Es mentira que el tiempo cura algo (*)

Unas horas después, a pesar de los esfuerzos por salvar su vida, Gianluca se fue de este mundo, aunque nunca dejó de existir. Ni su familia, ni sus amigos, dejaron que se convirtiera en otro número de la estadística por muertes relacionadas con accidentes de tránsito.

Tampoco entiendo este aferro material, este apropiarme de tus cosas, como si de algo sirviera guardarme tus juguetes, tus zapatillas en mi placard, dibujos sin terminar (*)

"Hoy sería el cumpleaños de Gian y cumpliría 18 años", cuenta Priscila en diálogo con Crítica Sur, minutos antes de comenzar la presentación de “Vidita”. Ella se ocupó de cada aspecto de la organización y de la puesta en escena, mientras saludó a cada uno de los que, pasadas las 20 horas del viernes, se acercaron al Centro Cultural Alem para recordar y homenajear a Gianluca.

"El libro es el producto de un proceso de duelo que está dedicado a mi hermano, y lo que hace es brindar un mensaje de amor, de superación del duelo y de tomar consciencia de que uno es responsable de la vida del otro cuando está al volante", explica la joven.

Bailarinas, músicos en vivo y una lectura de textos, que incluyó un poema de Mario Vallone, papá de Gianluca.

"El cierre estuvo a cargo de los amigos de Gian, así que estamos todos bastante conmovidos", admitió.

Es curioso ver a Priscila en persona luego de haber repasado su libro. Se la ve tranquila, aunque inquieta mientras se ocupa de reflectores y cables, yendo de un lado a otro mientras sonríe. Siempre sonríe. Parece en paz.

Vidita me ha dolido el respiro desde el día en que te fuiste (*)

En su libro, no se puede ser ajeno al dolor. No es posible ignorar los modos en que toda la familia trató, y seguramente sigue tratando, de lidiar con la ausencia de Gian, como lo llamaban.

“Para nosotros fue muy difícil, dos años después (del accidente) me fui a vivir a Buenos Aires así que estaba sola, y escribir este libro fue lo que encontré para poder curar esa herida”, dice.

“Es muy difícil, sobre todo cuando era tan chiquito, seguir con esa ausencia, las cosas cotidianas, el plato en la mesa, la falta y esas son las cosas que más sentimos, pero a través del amor uno empieza a reconstruir y liberar eso”, confiesa.

Qué se supone que debamos hacer sin vos (*)

“Lo que mejor encontré fue escribir cuando no sabía qué hacer, y por eso salió este libro, y mis padres siempre trataron de mostrarse como un pilar fuerte, así que nos acompañamos a la distancia a través del amor, pero la verdad estábamos muy lejos”, cuenta.

En la puesta escénica de “Vidita” se proyectaron videos de Gianluca en su vida cotidiana. Fueron los momentos de mayor carga emotiva, aunque no se buscara que así sea. Resultaba inevitable.

Como dice papá, parece que todo es una película que en algún momento va a terminar y vas a estar acá. Mamá dice que todo es una mentira y nada más (*)

Cinco días antes de la tragedia, Gianluca escribió -para un trabajo de la escuela- que esperaba seguir sus estudios en el CIERG “porque me enseñan muy bien matemáticas y eso necesito para ser arquitecto”. Su hermana cuenta, además, que hablaba también de ser taekwondista.

El año pasado, sus amigos de la escuela lo homenajearon bautizando con su nombre a un espacio de arte. Y muchos estuvieron el viernes, acompañando a Mario y Beatriz, sus padres, y a Priscila, que en el cierre del libro dedicado a Gian escribió:

Que el amor es la única pureza que perdura más allá de las cosas (*)

* (Extractos de "Vidita")

Si te interesa leer el libro “Vidita”, de Priscila Vallone:

https://issuu.com/privallone/docs/vidita.docx/39?e=0/7619046

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