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Critica Sur » Sociedad » 15 may 2017

En fotos: El encanto de las típicas casas fueguinas

Un incipiente trabajo fotográfico y de investigación compila y retrata el patrimonio edilicio de las antiguas casas del casco viejo de Río Grande, con su sencilla arquitectura, típica magallánica. Forma parte del ambicioso proyecto “Museos a cielo abierto”, del antropólogo fueguino Iván Pajak, que busca revalorizar nuestra identidad: “Hacer de la calle un espacio habitable, de comunicación social y no solo de tránsito”, define.


Río Grande es una ciudad con pocas sorpresas geográficas. Lo más potente es su singular planicie y el río que divide el espacio urbano en dos. En el casco viejo de la ciudad encontramos las casas más antiguas, sobre las que se originó la ciudad, pocas veces lo suficientemente valoradas y conservadas.

Sobre la curiosa arquitectura de las viviendas que se construyeron en ese espacio, desde las primeras décadas del siglo XX a nuestros días, trabaja Iván Pajak, antropólogo de profesión y fotógrafo aficionado, que a partir de su interés por la fotografía y el arte, comenzó a idear un trabajo que revalorice el patrimonio arquitectónico histórico de la ciudad en un ambicioso proyecto denominado “Museos a cielo abierto”.

“Comenzó como un hobbie dirigido por el placer del dibujar con ojos sobre lo que recorta mi atención en la cotidianidad, y cobra forma con el tiempo y desea ser proyecto”, dice Iván a Crítica Sur y asegura que más allá del aspecto estético, se trata de un proyecto cultural, con aspectos sociales y fines mayores que la mera exposición fotográfica.

El joven enuncia que el entramado sociocultural que encarnan las viviendas “típicas” nos muestran aspectos de los modos de vida, los gustos, las necesidades, los aspectos funcionales, y criterios estéticos de quienes han sabido habitar una tierra portuaria, insular, transpatagónica.

Lo que hizo, fue poner un nombre al trabajo fotográfico y de investigación que comenzó a tomar forma el verano pasado, cuando estuvo de vacaciones en Río Grande, al que inicialmente llamó inicialmente “Museos a cielo abierto”.

Iván Pajak, riograndense de nacimiento, vive en Buenos Aires, donde además desarrolla su pasión por el arte circense. Vuelve a esta, su ciudad natal cada vez que puede, y remarca insistentemente que el registro de fotos de las viviendas fueguinas “es solo el comienzo”.

Hasta el momento tomó más de 140 fotos en el casco viejo de la ciudad, pero todavía queda un amplio trabajo. Las publicó en Facebook y comenzó a tener respuestas de vecinos que se identificaron rápidamente, o que tienen algún registro histórico o familiar en las viviendas retratadas. “Recorrí la calle Antártida Argentina y sus paralelas hasta casi Fagnano, y de la Avenida Perón hasta Perito Moreno, la idea es cubrir la parte del casco histórico y no me dio el tiempo pero es un trabajo que recién comienza”, cuenta a Crítica Sur.

El antropólogo asegura que aun “es un objetivo en diásporas, empecé con unas ideas hace un tiempo de patrimonialización cultural de Tierra del Fuego, pero no me dieron mucha pelota, a nadie le pareció demasiado importante el tema y no recibí el apoyo que necesitaba para realizar un trabajo audiovisual”.

Con el tiempo empezó a interesarse por las cuestiones identitarias. “Un tema súper complejo y debatido, pero hay conceptos que se pueden tomar como identitarios en el sentido más relajado, de la sociedad fueguina, no solo para uno como fueguino, sino para el que viene de afuera; y está instalado esto de que es toda gente que viene de afuera a instalarse. Pero también hay una suerte de criterio a lo largo de los años de los distintos procesos de población que tuvo la isla que se fue forjando, uno que a mí me interesa mucho es el arquitectónico”, remarca.

A partir de esa observación nace como idea generar un proyecto de patrimonialización cultural de esas casas. “No de todas, pero hay ciertos patrones arquitectónicos que si me interesan, como los más históricos en relación al Estado, que las entienda como de valor cultural, histórico e identitario. Y como parte fundamental de la identidad fueguina. Esto es parte del proyecto a realizar”, afirma Iván.

Al respecto, existe una ordenanza que declara de interés patrimonial muchas de estas viviendas. Sin embargo, el objetivo del proyecto es otro: “A mí no me interesa que se hagan declaraciones de interés, quiero que el Estado pueda poner económicamente los fondos necesarios para la manutención de las fachadas de esas casas, me interesa que el Estado ponga la cartografía necesaria para las casas de los pobladores que a partir de una investigación se consideran ilustres o de interés cultural como Angela Loij, Lola Kiepja o antiguos pobladores”.

Es que en algunas de esas casas viven todavía sus propietarios o descendientes, pero otras están en alquiler, y se corre el riesgo de que sufran reformas que alteren esa característica histórica.

Para encarar el proyecto Iván dialogó con el historiador Mingo Gutiérrez, quien años atrás inició un trabajo similar que no se llegó a terminar, y también con el escritor Federico Rodríguez. “Hablando con Mingo nos pareció viable dentro del proyecto incluir una propuesta para que el Municipio eleve al sector inmobiliario y de comercio, donde aquellas nuevas estructuras que se vayan a forjar en la ciudad, si mantienen la fachada original de la vivienda, esa persona o ese comercio queden exentos de algún tipo de impuestos u obtengan algún beneficio. Y aquellas familias que deseen construir una fachada tradicional, que también tengan algún beneficio”, explica.

“Museos a cielo abierto en Río Grande”, es un proyecto abarcativo que incluye desde un parque forestal, a una muestra fotográfica itinerante al aire libre, parques temáticos, cartografías de información y comunicación social.

“Hacer de la calle un espacio habitable y no solo de tránsito, hacer de los espacios públicos, espacios de comunicación social, y no solo de ociosidad”, define Pajak.

La compilación fotográfica es solo el primer eslabón de lo que intenta ser el proyecto. Sin embargo, Iván no cuenta que “las veces que he intentado presentar propuestas no ha tenido eco”, algo que le ocurre –paradójicamente- a muchos jóvenes fueguinos que regresan a su ciudad en busca de trabajo luego de años de estudio. “Hay como una fobia a este tipo de cosas y yo un poco yo me desencanto”, lamenta.

Aun así, para él lo bueno de esto es que las personas que comenzaron a ver las fotos se mostraron interesados “de buena gana, compartiendo información y ampliando mucho más lo que releja la foto. Eso es un gran empuje que me da para terminarlo, tendría que volver en unos meses a Río Grande a sacar las fotos que me quedan”, afirma.

Para el antropólogo, las fotos son disparadores y la introducción que puede hacer a un proyecto mucho más ambicioso. Un trabajo similar al que coincidentemente realiza un amigo suyo - Lautaro Aranguiz- sobre las casas magallánicas de Punta Arenas.

Es que allá de los estilos que reflejan los gustos, las costumbres y las procedencias de los habitantes de cada época, todas las construcciones debieron adaptarse a las particularidades de esta geografía. “Las viviendas nos revelan la relación con el espacio, la mayoría son típicas casas chilotas y dentro de esas casas, los colores tienen que ver sobretodo con una cuestión portuaria, de barcos, ríos o de aviones también. En Chiloé o en Puerto Montt las casas tienen ese formato por una cuestión de visibilizarlas y reconocerlas a la distancia. Luego hay estéticas temporales arquitectónicas, sea por migración inglesa o yugoslava, y por cuestiones climatológicas en las ventanas y los techos”, describe.

“Hay mucha información sobre todo de la gente que vino de chile, porque de hecho son típicas casas magallánicas más que fueguinas”, afirma.

Fotos: Ivan Pajak

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