Vehículos cargados, productos de todo tipo escondidos, demoras y malestar de la gente en el regreso por los controles de la Aduana fueron la postal del fin de semana largo por Semana Santa en el puesto fronterizo San Sebastián. La saturación se debe al auge de las compras en Punta Arenas (Chile), que ha desbordado el sistema sin que haya espacio y personal para contener esa demanda.

Los viajes de compras se incrementan, pero explotaron desde los últimos meses. Para tener una idea de la magnitud del fenómeno hay que mirar algunos datos. Solo el último fin de semana salieron de Tierra del Fuego por la frontera más de 4070 personas en 1587 autos, y la mayoría fue con destino a Punta Arenas. De cada 10 autos que cruzan 7 tienen exceso de "equipaje"; es decir los viajantes compraron más de lo que la reglamentación permite y por eso deben pagar.

Pero más de la mitad de esos viajeros oculta lo que compró, por lo que los controles se complican. Así, un control de rutina convencional demora 6 minutos, pero ahora llega a más de 20 minutos por vehículo.

Silvia Gomis, que hace más de 35 años se desempeña como trabajadora de la Aduana en la provincia, estuvo este fin de semana en los controles fronterizos donde se desempeñaron ocho trabajadores del área.

“Apenas la gente salía de la provincia se les avisaba que por favor si iban a Punta Arenas que cuando vuelvan traigan el ticket porque iba a haber control afuera y adentro, así con cada uno que salía y se le revisaba el auto”, contó en Fm Aire Libre.

El sábado por la tarde y el domingo temprano comenzaron a ingresar nuevamente. “Cuando llegan al paso 2 que es Aduana, el lugar es chico y no es culpa nuestra, se le pide a la gente que a los trámites de Aduana solo pase el propietario, los demás todos al vehículo porque si no se arman más filas y todo se complica”, señaló.

Gomis afirmó que “te dicen cosas insólitas para que no los controles: “`Esto es privado` y lo privado eran iPods, computadoras, teléfonos”.

En los puestos de control se ven situaciones insólitas, como niños con celulares de alta gama pegados al cuerpo, cajas de televisores con "dos unidades", pequeños electrónicos escondidos en los corpiños de las mujeres, se ponen tres o cuatro camperas juntas para no declarar las camperas que traen, camuflajes extraños en los vehículos y una enorme diversidad de mercadería. Si antes era común comprar elementos de electrónica, ahora eso se diversificó: hay desde grifería para el baño, hasta computadoras último modelo; desde "compras de supermercado", hasta sábanas, camisetas y zapatos. "En los controles nadie quiere reconocer lo que lleva. Entonces se demora mucho más todo y hay conflicto. En general los que más se quejan, son los que más tienen para ocultar", explicó la aduanera.

Además sostuvo que la mayoría “traen facturas truchas para no llegar a los 150 dólares” y a modo de ejemplo indicó que “quieren ingresar un televisor con una factura que te dice que vale 200 pesos”.

Aseguró que además “te esconden los teléfonos en los asientos de los bebés, no quieren bajar las cosas, te mienten, te dicen que te van a controlar si los estás controlando”.

La funcionaria recordó que la franquicia establecida determina que pueden ingresar al país hasta 150 dólares por persona incluyendo ropa, comestibles, bebidas y electrónicos. “Hay de todo, gente que baja con sus tickets y pagaba y está el que te pide que incluyas en la franquicia al bebé cuando el bebé no tiene franquicia”, afirmó.

En este sentido remarcó que “todos saben, porque viven pasando, qué es lo que se puede pasar y qué no, lo que se pide es que la gente sea transparente, sea sincera y declare lo que trae”.

Sin embargo muchos al excederse de los 150 dólares se le cobra lo que establece la normativa. “`¿Por qué tengo que pagar? Yo soy fulano, yo soy mengano”` te dicen para que no los controles o no les cobres un excedente cuando acá la ley es pareja para todos. Hay gente que lamentablemente chapeaba, y es la que más tiene y menos quiere pagar”, contó Gomis.

“Recibimos muchísimos insultos, la gente quiere llegar y no pasar nada, que no los controles ni mucho menos pagar”, lamentó la trabajadora.

Y aseveró que “hasta el 70% de la gente se excede de la franquicia establecida de 150 dólares. Hay gente que no se excede y que viene con sus tickets y comprueba todo, pero la mayoría se excede y se te enoja”.

Finalmente precisó que se puede pasar una botella de alcohol, cinco kilos de comestibles, habanos, dos cartillas de cigarrillos y 150 dólares.