El trabajo de identificación y catalogación fue realizado en el marco del proyecto IMMA (Investigación de Mamíferos Marinos Australes) por las investigadoras Natalia Dellabianca y Mónica Torres, pertenecientes al Laboratorio de Ecología y Conservación de Vida Silvestre del CADIC/CONICET, quienes a partir de la foto-identificación asignan a cada ballena un nombre y un código, comenzando así a escribir la historia de su presencia en el Canal Beagle.

Respecto a la creación del catálogo de foto-identificación de ballena jorobada Megaptera novaeangliae, desde el CADIC comentaron que “A cada ballena, además del nombre, se le asigna un código de representación que hace referencia al nombre de la institución que lleva adelante el proyecto, el área en donde se la registró, las iniciales de la especie, el tipo de patrón de coloración según la proporción de blanco y negro, y el número de animal identificado”.

Natalia Dellabianca, una de las investigadoras que ya se había referido días atrás a este fenómeno, había afirmado que es un hecho normal y natural, pero que trasciende a partir de que actualmente se cuenta con mayores herramientas para tomar registro fotográfico. Así quedó demostrado cuando hubo avistajes en la zona de Playa Larga, que en los últimos días sumó numerosos registros y publicaciones en las redes sociales.

En su oportunidad, la investigadora había dicho que “se trata de las mismas ballenas que vimos en los meses de enero, febrero y marzo, que todavía siguen en la zona”. Incluso “en algunos casos se trata de los mismos ejemplares, de acuerdo al registro que tenemos, con más de 30 ballenas identificadas individualmente”, dijo.

Además Dellabianca había explicado que “hasta junio o julio andarán por esta zona, luego volverán al norte. Creemos que vienen del Pacífico”, en tanto, “entre enero y febrero vuelven a Ushuaia, en su camino desde o hacia la Antártida”, i

ndicó. “No se trata de un fenómeno aislado, sino habitual; simplemente hay cada vez más registro fotográfico”, finalizó.

La investigadora del CADIC puso de relieve el método de ‘foto-identificación’ que se utiliza para identificar a estos ejemplares en forma individual, herramienta que ayuda a estudiar sus patrones de conducta. El mismo método permitió determinar que las mismas ballenas han permanecido en esta zona, a partir de un patrón específico de color en su cola, como una huella digital única.

Para colaborar en la investigación, se invita a enviar material fotográfico a: [email protected].

(EDFM)